Springboks, apartheid y boicot
A esta altura del mes de junio, hace exactamente veinticinco años, Sudáfrica era un hervidero de rugby. Los Springboks ya habían accedido a la semifinal y en todo el país no se hablaba de otra cosa que del Mundial. De los dieciséis equipos que habían iniciado la competencia, solo quedaban cuatro, que en los días siguientes iban a protagonizar cuatro partidos; semis, tercer puesto y final. Tres de esos choques, por diferentes motivos, quedarían para siempre entre los momentos mas impactantes de la historia del rugby internacional.
Sin embargo la gran figura del momento, el personaje al que todos los periodistas seguían, no era un jugador de rugby. Nelson Rolihlahla Mandela en ese momento tenía 76 años, veintisiete de ellos pasados en prisión. Cinco años antes del mundial había sido liberado, desde mayo de 1994 era el Presidente y en esos días de junio jugaba su propio mundial. La jugada era arriesgada. Convertir a los Springboks, uno de los emblemas de la Sudáfrica blanca y racista, en prenda de unión para toda la Nación. Mandela, como buen estadista, arriesgó y ganó. La Copa del 95 y el lema “Un equipo, un país” fueron un gran impulso en el proceso de integración luego del horror de la segregación racial. Un proceso que todavía continúa.
Por una vez el tan criticado matrimonio entre deporte y política pareció dar buenos frutos. Sin embargo nada puede borrar la tragedia que vivió Sudáfrica en los años previos y el rugby no fue ajeno a lo que sucedió en la época del nefasto Apartheid.
Estos días, en el aniversario de plata del Mundial de Sudáfrica, encuentran al mundo convulsionado por dos virus. Uno novedoso, el Covid- 19, y otro bien antiguo que se niega a desaparecer de la faz de la tierra, la segregación racial. Las protestas contra el racismo se multiplican en el mundo en este junio. Por eso es necesario revivir lo sucedido en aquel otro junio inolvidable sin olvidar las miserias que lo precedieron.
Las leyes de Apartheid fueron sancionadas a fines de la década del 40 pero la presión internacional contra el racismo sudafricano se hizo fuerte a partir de la masacre de Sharpeville en 1960. En el pueblo de ese nombre la policía abrió fuego contra una manifestación matando a 69 personas de raza negra. La matanza despertó al mundo y de a poco se fue organizando el boicot deportivo que unos años después fue avalado por la Asamblea de las Naciones Unidas. En los setenta al deportivo se sumaron los boicots académico, económico y de armamentos.
El mini documental que se presenta en este posteo es una reseña de lo que sucedió con el rugby sudafricano en tiempos de Apartheid y boicot. Con la participación de los sudafricanos Morne du Plessis, François Pienaar, André Joubert, Rob Louw, los ex All Blacks Michael Jones y Murray Mexted, el galés Gerald Davies y el gran Hugo Porta se reconstruye esa etapa en que el racismo brutal que reinaba en Sudáfrica fue combatido por el boicot internacional. A partir de fines de la década del sesenta, progresivamente el poderoso rugby sudafricano se fue quedando sin competencia y cada uno de sus enfrentamientos de aquellos años estuvo teñido de fuertes polémicas. La gira de Nueva Zelanda en 1976 provocó el boicot de los países africanos a los Juegos Olímpicos de Montreal, la gira de los Springboks a Nueva Zelanda en 1981 se realizó en el marco de fuertes protestas y disturbios que tuvieron su pico en el partido de Auckland, cuando desde una avioneta piloteada por un tal Max Jones, “bombardearon” el Edén Park con bolsas de harina mientras se disputaba el test. Luego Jones sería condenado a dos años de prisión. Los Lions y Francia viajaron a Sudáfrica en 1980, Irlanda en 1982, Inglaterra en 1984 y los All Blacks disfrazados de Cavaliers en 1986. Cada una de estas giras estuvo rodeada de fuertes polémicas.
Por supuesto, no hay que dejar de lado los viajes de Sudamérica XV en 1980 (retribuidos ese año en Santiago de Chile y Montevideo) y 1982 y el de Hispanoamérica XV en 1984. Pero esas controversiales giras del equipo sudamericano serán recordadas en otro artículo de esta serie que iniciamos hoy.
El mundial de 1995 fue un gran paso para la integración de un país, pero para entender lo que sucedió hace 25 años es necesario conocer el trayecto que recorrió el rugby sudafricano en las décadas previas. Un oscuro camino marcado por el Apartheid.
Daniel Dionisi
A juzgar por lo que dice Murray Mexted no se lo ve muy contrario al apartheid! muy buen material.
“As I walked out the door toward the gate that would lead to my freedom, I knew if I didn’t leave my bitterness and hatred behind, I’d still be in prison” Nelson Mandela
Solo si tuviesemos en el mundo el 1% del coraje, claridad, humildad y compasion de este gran hombre.
Muy lindos recuerdos de esa época. Duras historias.
De ahi el origen de mi nick.
Se hizo un mea culpa por esas visitas clandestinas que rompían el boicot? no queda claro en el video. Si queda clara la reflexión de los entrevistados sudafricanos ante la injusticia de esos tiempos.
Estuve en sudafrica en el año 84 , años duros del apartheid , estuve en partidos donde los blancos estaban sentados en las tribunas y los noblancos en tierra , por ejemplo. Habia zonas donde no se podia ir ni de dia ni de noche . La mayoria de los noblancos hacian los trabajos duros e insalubres. No estoy muy seguro que no supieran lo que pasaba , hacian la vista gorda o simplemente , era el sistema .
Aun hoy existe una enorme diferencia .
En cierta forma , parecido a nuestra realidad
Santiago
No lo veo parecido. No tenemos problemas raciales tan profundos, si un nivel de pobreza que no para de crecer gracias a una clase política incapaz. las diferencias sociales pasan mas por la educación/ingreso que por temas raciales. Las barreras en el deporte, rugby incluido, pasan por lo económico, no por lo racial.