Quintos
Los Pumas 7´cerraron un muy buen mundial en San Francisco luego de golear Estados Unidos y finalizar quintos. Balance positivo para el equipo argentino con tres triunfos y una caída en el novedoso sistema mundialista. Los All Blacks se quedaron con su tercer título después de derrotar a Inglaterra.
San Francisco 2018, la séptima edición del Mundial de juego reducido, dejó varios puntos para destacar. Por ejemplo, el nuevo formato de competencia, por primera vez sin zonas de grupos y con todos partidos de eliminación directa en la carrera por el título. Además, con dos encuentros menos por equipo con lo que respecta a los diez campeonatos del circuito que se juega anualmente. Un dato al menos curioso. teniendo en cuenta la relevancia que ostenta el torneo que no se jugaba hace cinco años. Será uno de los puntos a revisar en un campeonato que cumplió con las expectativas en cantidad de público, con muchos fanáticos acercándose al AT&T Park que utilizan habitualmente los San Francisco Giants.
En este contexto, el equipo argentino quedó eliminado en su segundo partidos al ser goleado por Fiji por un categórico 43-7. Sin posesión durante casi todo el primer tiempo, los conducidos por Santiago Gómez Cora fueron aplastados por un conjunto que le sobran jugadores con capacidad atlética y grandes destrezas de manejo. Aún así, llegaron como los grandes candidatos y finalizaron con dos derrotas luego de las victorias sobre Japón (le costó destrabarlo) y Argentina.
El formato del torneo obliga también a ver más allá de la posición final. Para llegar al quinto puesto, los Pumas 7´ganaron tres partidos de manera contundente. 28-0 sobre Canadá en el debut, 26-15 sobre Francia y 33-7 sobre el local, Estados Unidos, un rival de peligro, en el que Argentina mostró una de sus mejores caras de toda la temporada: bravura para defender y asfixiar al rival, solidez en las salidas y efectividad para aprovechar los quiebres producidos. Lograron que el trabajo en conjunto disimule las carencias físicas y atléticas con respecto a algunos de sus adversarios. Más meritoria la producción de los Pumas 7´ si se tiene en cuenta la edad: 9 de los 12 jugadores son sub-25, y uno de los mayores, Máximo Provenzano, recién debutó en el circuito esta temporada. Dentro del buen rendimiento grupal, hubo individualidades muy destacadas. Empezando por los experimentados Gastón Revol y Franco Sábato, dos que lideraron al equipo en defensa y ataque respectivamente. Matías Osadczuk ratificó su condición de figura, con buenas producciones y hasta se lo pudo ver mejor físicamente. Estuvo en una concentración Puma en mayo y no sería raro verlo el año que viene en los equipos de 15. Otro que finalizó una temporada más que positiva es Lautaro Bazán Vélez, muy inteligente para crear espacios y con una buena aceleración para quebrar defensas rivales. Conrado Roura, el único forward entre los 12, es otro a los que habrá que seguir de cerca. O al tucumano Mateo Carreras, que en dos meses disputó el Mundial Juvenil y el Mundial de Seven y cumplió con creces en ambos, con tan solo 18 años. Vale destacar también el trabajo de Santiago Gómez Cora y Leonardo Gravano, que deben rearmar los planteles temporada tras temporada, sin una estructura sólida de seven en Argentina.
El campeón, contra muchos pronósticos, terminó siendo Nueva Zelanda. La actualidad indicaba que corría detrás de Fiji y Sudáfrica, pero un Mundial es un Mundial y Nueva Zelanda es Nueva Zelanda. Fue de menor a mayor, con el triunfo ante la débil Rusia (29-5), la angustiosa victoria frente a Francia (12-7) en cuartos de final, el éxito con el candidato Fiji (22-17) y la sólida actuación ante Inglaterra en la final (33-12). La última jugada del torneo refleja un poco la cultura Kiwi y su devoción por el juego: Ya con el triunfo consumado, decidieron jugar y por su puesto terminó en try. Fue el tercer campeonato conseguido por los All Blacks, luego de Mar del Plata 2001 y Moscú 2013, consolidándose como el más ganador por delante de Fiji. El seleccionado femenino neozelandés no tuvo problemas para consagrarse en San Francisco. Tres goleadas dejando a sus rivales en cero, y un ajustado éxito ante Estados Unidos le permitieron gritar campeón también por segunda vez consecutiva.
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