Cippitelli (QEPD)
Carlitos Cippitelli, gran referente del rugby de Mendoza, se fue de gira ayer. Mariano Lemoine y Bosshardt lo recuerda y homenajea en este muy lindo texto que me acercó y que reproduzco. Desde aquí, un abrazo muy fuerte a su familia, amigos y demás afectos. Y una oración en su memoria.
………
Carlos Cippitelli fue ante todo un ejemplo de conducta, de trabajo, un ejemplo de vida, un tremendo referente tanto para el ámbito del rugby como en su entorno laboral (era profesor de educación física) con su gimnasio modelo y siempre relacionado a nuestro querido deporte. Con su firme personalidad y dando siempre el ejemplo supo irradiar tanto a su alrededor. Murió este jueves 31 de julio, a los 53 años de vida luego de afrontar con estoicismo una bravísima enfermedad, esclerosis lateral amiotrófica, que lo aquejaba hace 9 años.
Un estrecho colaborador suyo (¡formado a lo Cippitelli!) me contó hace un tiempo, tal vez por el 2005 o 2006, cuando recién empezaba con los síntomas de esta fatal enfermedad: “Sigue llegando como siempre tempranísimo, llega primero, abre la puerta del gimnasio (Club del Parque, gimnasio vanguardista de la provincia desde hace ya varios años), … , sigue estando en todo y dando el ejemplo, como siempre”. En la cancha también era así, un líder natural, se ponen de acuerdo sus compañeros de club y del seleccionado, del cual fue 15 años capitán, siempre él primero, al frente, sobre todo en defensa con su seguro y durísimo tackle para con el rival que le pasara cerca.
Como jugador, tanto con su club, Mendoza Rugby, como con el seleccionado de Mendoza (Junior y Mayor), consiguió importantes triunfos y rutilantes logros deportivos como ganarle a los seleccionados de Inglaterra y Francia, y también haber jugado dignísimos partidos contra Nueva Zelanda y Australia, todos, siendo capitán y defendiendo la camiseta de la Unión de Rugby de Cuyo. Todo este mérito que fue recabando tanto dentro como fuera de la cancha supo ser reconocido nada más y nada menos que por el San Isidro Club, otorgándole un título honorífico como figura relevante de nuestro deporte.
Con ese rigor vivió y fue dejando estela de correcto comportamiento, de disciplina, orden, de talante estricto, pero siempre dando primero el ejemplo. Una personalidad que dejó huella honda en el entorno del rugby mendocino, del deporte (vinculado desde siempre al club Independiente Rivadavia, en el cual también jugó al fútbol de muy joven). Con esa dureza para el tackle, con esos huevos, enfrentó una durísima enfermedad que más allá de explicación científica o humana, seguro ese temple de acero, como su mirada de hombre de rugby, de tipo de bien, tuvieron mucho que ver en la duración de esta gran batalla que ganó, porque nos dejó una enseñanza imborrable, que perdurará para siempre en nuestros corazones y en nuestra memoria. Por su puesto se rodeó o supo formar un grupo de colaboradores de excelencia, ver tipos con esa avidez, trato, profesionalismo y dedicación más allá del rubro que fuera, no se ve en cualquier lado.
Estas cosas y otras tantas marcan y dejarán indeleble la profundidad del surco o huella al que hacía referencia más arriba. Otro batallador nos dice adiós (hace poco más de un año se nos iba el querido Daniel Mocho Perez Magnelli, enorme ejemplo de vida y quien padeciera una enfermedad del tipo, también sobrellevada con entereza deslumbrante), otro RUGBIER o mejor dicho HOMBRE DE RUGBY nos deja, pero no se va, queda su escuela, su lección de vida, su legado. Gracias Carlos por todo, gracias por tanto. ¡Hasta siempre!
Norte-Sur
Debut Pumita
#FuerzaJuan