Lions (Tercer viaje olvidado)
Ricardo Sabanes nos presenta la última entrega de los viajes olvidados de los Lions reviviendo los días en que el legendario seleccionado de las islas trajo su rugby a nuestro suelo y también nos cuenta el partido de 2005 en el Millenium de Cardiff. Para completar el panorama sobre los cruces entre Argentina y el equipo que hoy conmueve a la tierra de los All Blacks.
El rugby en la Argentina en 1936
En 1932 se recibió la visita de los Junior Springboks (el segundo combinado de rugby sudafricano), lo que habla del crecimiento del rugby argentino. Crecimiento que trajo los primeros problemas: al año siguiente de la gira sudafricana, dos jugadores del plantel, Wollie Wolheim y Rybeck Elliot, volvieron al país a jugar para Hindú. Las autoridades consideraron la inclusión de extranjeros como una forma de profesionalismo y suspendieron al club por una temporada. En 1935 Elliot retornó al país para jugar en Hindú y no hubo sanciones. Ese año se produjo una escisión en el CASI, se fundó el SIC y la división del club más importante de la liga conmovió al rugby local. Por otro lado, la Unión modificó la estructura del campeonato de 1936. El SIC y Old Georgian jugaban en Segunda división, pero contaban en sus planteles con los mejores jugadores del momento. No sin controversias se suspendió el campeonato de Primera, que se reemplazó por el “Torneo de Invitación”. Fueron invitados los once clubes de Primera de 1935, más Obras Sanitarias, campeón de Segunda, SIC y Old Georgian, que se dividieron en dos zonas de siete equipos. Las ganaron Old Georgian y Belgrano, que se adjudicó el torneo en una final que terminó 17-9 para el fundador.
Con aquellos antecedentes se produjo el último “viaje olvidado” de los Lions a la Argentina, en 1936, cuando Douglas Prentice, que había dirigido la gira del combinado británico a Nueva Zelanda y Australia en 1930, y que en 1936 se había convertido en un selector de Inglaterra, dirigió un grupo de veintitrés jugadores en un tour de once partidos. Diecisiete de los viajeros eran, o fueron más adelante, “full caps”: trece para Inglaterra; Wilson Shaw y Jock Waters de Escocia; y Vesey Boyle y Charles Beamish, de Irlanda. Al igual que en 1910 y 1927, no hubo internacionales galeses entre los jugadores, a pesar de que Gales había vencido a los All Blacks y habían ganado el 5 Nations de ese año.
Los Lions 1936 posan para la foto. Nótese la camiseta oscura y el escudo con los tres leones que originó el nombre de the Lions en Sudáfrica.
El equipo (llamado the Lions por primera vez por la prensa en la gira a Sudáfrica de 1924 por el escudo de tres leones y los leones dorados en las corbatas de la gira) viajó en primera clase en la misma ruta marítima que sus predecesores, para desembarcar en Buenos Aires y jugar once partidos en la Argentina, donde el Buenos Aires Herald los saludó como un “ejército de gigantes de seis pies” y prometió que los visitantes británicos seguramente serían el equipo más fuerte hasta entones visto en el país.
Escudo de los Lions en la gira a la Argentina de 1936
La predicción no se quedaba corta. Entre el 15 de julio y el 24 de agosto, los viajeros de camiseta azul con el escudo de tres leones llevado por el combinado de 1930 que recorrió Nueva Zelanda y Australia, avasallaron a la oposición para anotar 399 puntos, concediendo sólo doce: nueve de esos puntos de penales y el único try lo marcó Belgrano, cuando cayó 37-3 en el octavo partido. Los otros resultados (a favor de las visitas fueron): Buenos Aires 55-0; Seleccionado B: 27-0; Seleccionado A: 27-0; Pacific: 62-0; Old Georgian: 55-6; Olivos: 27-3; Argentina (Pumas): 23-0; Belgrano 37-3; Litoral: 41-0 y Combinado de Hindú, CUBA y SIC: 44-0.
El príncipe volador
El equipo fue capitaneado por el medio scrum Bernard Gadney de Leicester, que seis meses antes había llevado a Inglaterra a la primera victoria ante Nueva Zelanda en Twickenham por 13-0. Billy Weston y ‘Pop’ Dunkley, dos de los forwards experimentados en el pack que allanó el camino para aquel triunfo fueron miembros de esta gira de los Lions, al igual que el legendario héroe de esa victoria, Alex Obolensky “The Flying Prince”, el exiliado príncipe ruso y estudiante de la universidad de Oxford que les había marcado dos tries memorables a los All Blacks. El emocionante Obolensky y su joven compañero de Rosslyn Park, Jimmy Unwin, fueron los atractivos sociales de la gira. Además de convertirse en atracciones de taquilla para los seguidores del rugby, su buena apariencia, el don de gentes y los modales impecables de las dos superestrellas inglesas significaron que al equipo nunca le faltó atención femenina. Jimmy Unwin fue el complemento perfecto de Obolenzky en la línea de backs, anotando casi veinte tries en ocho apariciones en la Argentina. Sus anotaciones incluyeron cuatro tries contra Buenos Aires en el partido de apertura y otros cinco en la victoria 62-0 contra Pacific Railways Athletic Club.
El príncipe Obolensky lanza un line para su club Rosslyn Park. De modales impecables, al equipo británico nunca le faltó atención femenina.
En 1936 se observaban otros cambios en el rugby argentino. Para empezar, las multitudes eran más grandes y mucho más parciales. Más de 15.000 personas asistieron al único Test jugado en Gimnasia y Esgrima (Maldonado) en Buenos Aires, donde el árbitro, el respetado Barbarian HL Glyn Hughes, que había viajado con el plantel para cumplir el mismo papel que E. Duncan y T. H. Vile en las anteriores giras de Argentina, fue abucheado y silbado por la multitud que se disgustó con algunas de sus decisiones. Esto fue un marcado contraste con las buenas actitudes hacia los visitantes británicos anteriores, y se atribuyó a la creciente “influencia del fútbol”. La prensa de Buenos Aires quedó impresionada por la reacción de los compatriotas, calificándola de “una mancha en el rugby de la Argentina”.
El aspecto más llamativo de la gira, sin embargo, fue que los equipos argentinos que enfrentaron a los Lions eran más representativos de los jugadores “criollos”, con menos anglo-argentinos convocados, lo que mostraba el creciente compromiso de los jóvenes con el rugby, además de subrayar los avances que se estaban produciendo en el rugby de clubes. Dice el entrenador Doug Prentice:
“En esta ocasión el equipo británico fue tan decididamente más fuerte que sus oponentes que la gira se convirtió en gran medida una demostración de cómo se juega el juego moderno. Los partidos eran demasiado unilaterales para que los resultados tuvieran mucho significado. Las canchas rápidas alentaron una forma entretenida de juego abierto, pero su dureza causó muchas lesiones”.
Se jugaron once partidos. El match con un equipo totalmente representativo de la Argentina fue ganado por los Lions 23-0. El equipo argentino formó de este modo:
Héctor Alfonso; R. Elliot, Herbert Talbot, Horacio Pascuali y Emilio Schiavio; Percy Talbot y N.W. Cooper; Jorge Cilley, Gilbert Logan y José Frigoli; J.L. Francombe (cap) y Tomás Salzman; Bernardo Mitchelstein, Víctor Inchausti y Archie Cameron.
Belgrano fue el único equipo en marcar un try contra el equipo visitante. Los otros puntos fueron por tres penales.
Escena del Test de 1936 entre los Pumas y los Lions en Gimnasia y Esgrima. Nótese la tribuna colmada de aficionados.
De nuevo la guerra
Cuatro de los viajeros británicos de 1936 perdieron sus vidas en servicio activo en la Segunda Guerra Mundial. Obolensky murió en un accidente de vuelo cerca de Martlesham en Norfolk en marzo de 1940 y Paul Cooke murió en acción en mayo de 1940 durante el retiro británico a Dunkerque. Peter J. Jobbs, murió en Libia en mayo de 1942 en la campaña de El Alamein el día después de que su esposa diera a luz a su hijo en el Cairo. John Moll, otro miembro de la gira, murió en un accidente en julio de 1942. Era capitán en el ejército y, al igual que Jock Waters, se había lesionado durante el partido contra la Argentina B en el cuarto match de 1936. Argentina también perdió un jugador en servicio activo. El medio scrum de los Pumas en el único Test fue Noel Cooper, cuyo padre Reg había jugado para Argentina en la serie de 1927 contra el equipo de MacMyn. Noel Cooper llegó a Inglaterra a principios de la guerra para unirse a la Marina y se perdió en el mar durante una operación de reconocimiento en marzo de 1943 en la preparación para la invasión de Sicilia.
Coda: Lions y Pumas en Cardiff
Y así terminaron los tres viajes olvidados de los Lions a la Argentina. Casi setenta años pasaron antes de que Lions y Pumas volviesen a enfrentarse en un campo del rugby, en mayo de 2005, en un partido de preparación para la gira de 2005 a Nueva Zelanda de los británicos. El equipo bajo la dirección de Sir Clive Woodward revivió la rivalidad de los Pumas con los Lions en el Millennium Stadium de Cardiff, el primer match oficial del Lions en suelo británico. Argentina ya eran miembro de pleno derecho de la IRB, por lo que técnicamente nunca debería haber dudado de la situación del partido. Las “caps” no habían sido reconocidas en los partidos contra los Pumas antes de 1981. Ahora que se podía los Lions reconocieron el partido como full Test, pero en un giro irónico, fue la UAR la que se negó rotundamente a conceder el estatus de full cap. Sus principales jugadores todavía estaban comprometidos en el extranjero en las etapas finales del Campeonato de Francia, lo que significó que cerca de treinta Pumas experimentados no estaban disponibles para el partido en el Millennium y por lo tanto, solo podían poner en el campo una escuadra “de reserva” contra los Lions.
En estas circunstancias, la UAR se sentía justificada por el status que le otorgaba al partido, a pesar de que los Pumas se mantuvieron arriba la mayor parte del juego, empatado con un penal de Jonny Wilkinson a los cuatro minutos de descuento que forzó un resultado 25-25 para tranquilidad de los Lions. En 2006, el IRB dictaminó que al match debía otorgarse el estatus de full Test y tales reconocimientos se hicieron de manera retrospectiva para sumar al récord de cada jugador. Esa noche los Pumas formaron de la siguiente manera:
Bernardo Stortoni; José Núñez Piossek (1 try), Lisandro Arbizu, Felipe Contepomi (cap) y Francisco Leonelli; Federico Todeschini (6 penales y 1 gol) (Lucio López Fleming) y Nicolás Fernández Miranda; Federico Genoud (Santiago Sanz), Juan Leguizamón y Martín Schusterman; Mariano Sambucetti (Manuel Carizza) y Pablo Bouza; Mauricio Reggiardo, Mario Ledesma y Federico Méndez.
Cuentan Jorge Búsico y Alejandro Cloppet en su libro Ser Puma:
“La prensa local titulaba que ‘Los Lions se van a entrenar con Los Pumas’. El pronóstico era poco alentador. Sin embargo, la noche del 23 de mayo de ese 2005, Los Pumas escribieron otra página gloriosa. Jugaron un partido sensacional frente a un combinado plagado de estrellas. Tacklearon, presionaron y fueron audaces cuando tuvieron la pelota. De esto último surgió un fenomenal try del tucumano Núñez Piossek después de un pase en el que Felipe se comió un viaje de aquellos. Con la puntería del Ninja Todeschini, Los Pumas ganaban 13-0 a los 15 minutos del primer tiempo. Un try de Smith y el botín de Wilkinson acercaron a los Lions, que se fueron al descanso 19-16 abajo. En el segundo tiempo, Los Pumas extremaron su corazón. Lo llevaron hasta un límite que los Lions no podían superarlo. El partido se hizo tenso, con el público, que había colmado el Millennium, murmurando de la sorpresa. A los 18 minutos, otro penal de Todeschini estiró la cuenta a 25-19. Los de Woodward no le encontraban la vuelta a un rival que tackleaba y tackleaba. Wilko acercó a los Lions con un penal a los 26, pero Los Pumas seguían resistiendo. Hasta que el árbitro australiano Stuart Dickinson, el mismo del triunfo ante Irlanda en el Mundial 99, hizo jugar cuatro minutos más. Daba la sensación de que el partido no iba a terminar hasta que el 10 inglés no tuviese al menos otra chance para los palos. Y así fue. A los 44, un penal salvó a los Lions del papelón. El 25-25, sin embargo, catapultó a los argentinos.
Fue la noche de la consagración internacional de Juan Leguizamón. El tercera línea del SIC, santiagueño de nacimiento, se cansó de bajar rivales. Un titán. Fue la noche de la gran capitanía de Felipe. Fue la noche en la que Arbizu volvió a ser un candado en el centro, en lo que terminó siendo el broche de oro para su leyenda Puma. Fue la noche de la última vez para Reggiardo y Méndez, dos colosos de la primera línea. El final, a plena emoción, con los jugadores que no se querían ir de la cancha, mostró una imagen emblemática: Leguizamón llevando en andas a Fede Méndez. El nuevo Puma le daba la despedida al viejo Puma”.
Juán Leguizamón a punto de tacklear a Jonny Wilkinson. El santiagueño fue figura en el partido de 2005.
Ricardo Sabanes
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Bibliografía consultada:
Mackern, Hugo (1981), introducción a: Los Pumas, Buenos Aires: Buenos Aires Edita.
Búsico, Jorge, y Cloppet, Alejandro (2012), Ser Puma, 2ª edición, Buenos Aires: Zona de Tackle
Thomas, Clem y Thomas, Greg (1966 y 2013), The British & Irish Lions Official History, Edimburgo: Mainstream.
Collins, Tony (2015), The Oval World. A Global History of Rugby, Londres: Bloombsbury
Buenísimo Ricardo Sabanes. Un placer leer estas historias. Arden los kiwis!!
1933 y ya había marronismo en hindú?
Muy buenas las historias Richard , la vida de Obolensky merece ser llevada al cine .
Viendo la foto , Rosslyn park tiene un aire a Belgrano ya que la casa de la foto parece el club house de BAC donde esta el restaurant .
Relato genial.
Gracias Richard!
que placer leerlo ricardo !!!
Increible relato.
Gracias!!
fantástico