La lesión de Ignacio Corleto que tuvo otras consecuencias además del problema físico del jugador, la dignísima actuación de Los Pumas en el Mundial de seven de Hong Kong, el acuerdo entre los dirigentes de Buenos Aires y del Interior, el ingreso a la etapa final del Argentino y la vuelta de Gales a la escena grande fueron temas que dominaron una intensa semana del rugby.

Si la Argentina ya tenía serios problemas para que los clubes franceses cediesen a sus jugadores, la grave lesión de Corleto durante una práctica en la miniconcentración que Los Pumas realizaron en Pilar complica mucho más el panorama. Nani pisó un pozo en la cancha de San Patricio y ahora deberá estar inactivo entre dos y cinco meses, por lo cual no sólo no estará en condiciones de ponerse la camiseta argentina, sino tampoco la del Stade Francais, el club que le paga un contrato.

Ya el Stade Francais (el único club que no se había opuesto a ceder a los argentinos para el test del año pasado con Sudáfrica) puso condiciones más estrictas. Pero, además del infortunio, la información se manejó desprolijamente, pues el mismo jugador le comunicó su lesión a un diario dos días antes de que la UAR lo hiciera oficialmente. Error de Corleto. Pero no es todo: Mario Larrain, médico del seleccionado, dijo que el fullback ya se había lesionado en esa rodilla jugando para su club, algo que Corleto desmintió. Habrá que ver cómo sigue esta historia.

En la UAR, en tanto, los dirigentes llegaron a un acuerdo y habrá lista única para la renovación de varios cargos. El conflicto venía desde tres años atrás, cuando Miguel Servera asumió la presidencia tras un acuerdo que le otorgaba una vocalía más al Interior. Ahora, Buenos Aires la recuperará cuando concluya el mandato de Emilio Perasso y el consejo quedará mitad para los porteños y mitad para el Interior.

Muy lejos físicamente y en lo conceptual de estas disputas, Los Pumas cumplieron una más que aceptable actuación en el Mundial de seven. Cayeron en los cuartos de final ante Fiji, que se terminó consagrando campeón. No fue casualidad, ya que el equipo de siete se preparó seriamente durante un largo tiempo para este acontecimiento y ubicó nuevamente a la Argentina en los primeros planos del rugby mundial.

Gales, en tanto, volvió después de más de una década sin buenos resultados. Se llevó el Seis Naciones y el Grand Slam. Un mérito también a la planificación a largo plazo. Los Dragones Rojos ya habían dado señales de que algo importante estaba por suceder cuando le jugaron un partidazo a los All Blacks en los cuartos de final del Mundial 2003. Y un último dato: a casi todos los jugadores que dejaron atrás a Inglaterra ¿el campeón del mundo¿, a Irlanda y a Francia, el seleccionado argentino les ganó junio último en Tucumán. No es poca cosa.