Laboratorio de sueños
Dicen los que han recorrido el mundo que en cada rincón hay una historia vinculada al rugby. Que haya una en Venezuela, país nada afecto a la ovalada, comprueba ese sentencia. Pero lo más importante es cómo se generan estas historias. Porque tienen que ver con el espíritu que transmite éste deporte. En Revenga, una ciudad pegada a la ruta Panamericana, a unos 60 kilómetros de Caracas, se formó una ONG llamada Proyecto Alcatraz, en la que a través de la práctica del rugby se logró desbaratar varias bandas de asaltantes en un lugar donde el peligro es cosa de cada minuto.
Hace un tiempo escribí de esto en Clarín a raíz de un mail que me envió Bruno Quilici, un argentino que está al frente del proyecto. Quilici comenzó a jugar al rugby a los 10 años en el club Porteño y llegó a entrenar a la Universidad Tecnológica de Avellaneda. Hasta que le llegó una oferta de trabajo en Venezuela. Y allí trasladó su pasión por el rugby.
En aquellos encuentros con Quilici lo noté entusiasmado con la posibilidad de que el equipo pudiese realizar una gira por la Argentina. Y estuve convencido, por su pasión, que lo iba a conseguir. Pues bien, el sueño se concretó. Proyecto Alcatraz estará jugando entre 27 de septiembre y el 1 de octubre un torneo en Tucumán y luego, entre el 2 y 6 de octubre, viajará a Buenos Aires para acumular experiencia.
A este proyecto, al que bien le pusieron el nombre de Laboratorio de sueños, lo están apoyando para el viaje siete sponsors, que van desde uno estatal, como el ministerio del Interior, hasta uno privado (General Motors).
A través del rugby, el Proyecto Alcatraz -ideado por un ex rugbier venezolando, Alberto Vollmer, y patrocinado por la compañía de ron Santa Teresa- se logró reducir drásticamente el índice de delincuencia en Revenga. Quilici aportó la fórmula: “El rugby te enseña la solidaridad, el respeto y te brinda un importante sentido de pertenencia”. Claro que sí.
Jorge: te conozo solamente por tu trabajo en los medios, no personalmente. Pero te felicito por la tarea de difundir estos costados tan interesantes (pero ocultos) del rugby. Ojalá que proyectos como el Virreyes crezcan, por un rugby (y una sociedad ) más tolerante y abierta. Creo que que ya hay proyectos similares en Budge y Floresta. Un abrazo.
Alejandro
Fui compañero en Porteño del Gordo Bruno, al que después de mucho tiempo, me encontré en un bar en calle Corrientes y me contó su proyecto en Venezuela. Fue tan elocuente y apasionado en su mensaje de transmitir el rugby a través del couching que me contagió sus ganas. El rugby tiene, sin duda, los valores necesarios para ayudar a construir un mundo un poquito mejor, siempre que los difusores tengan la calidez del Gordo Bruno.
Felicitaciones y suerte en el blog.
Sí, Alejandro, hay proyectos similares en Budge y Floresta de los que ya escribiré como lo hice alguna vez en Clarín. Coincido con vos en que el rugby argentino necesita muchos Virreyes. Y Daniel, si querés le escribo a Bruno haciéndole este comentario.
Jorge: te agradecería le hagas llegar a Bruno los comentarios vertidos. Podés agragarle, si cabe, que a partir de sus consejos y una propuesta coincidente de Pablo Hausemer -también allegado a Bruno, los tres de Porteño- comenzamos a entrenar la primera división de Club Italiano. En la última fecha de la Reubicación G II, conseguimos la clasificación en el sexto lugar, logrando así el ansiado ascenso, luego de finalizar primeros en la fase regular del G III. Fotos del “Piletazo” en http://www.clubitalianorugby.com.ar
Un abrazo
Hola Jorge!!! gracias por todos los comentarios vertidos desde tu columna primero y desde aqui ahora!!! un gran abrazo!
y ademas…. Hola Daniel “loquillo” Nobegil!!!! gracias por tus palabras , felicitaciones por el ascenso con Italiano!!! y un gran abrazo!!!!cuando puedas comunicate a mi email bruno.quilici@proyectoalcatraz.org