Antilunes
Hoy es el cumpleaños de Aitor Otaño, el capitán del 65. El sello que dejó en el rugby argentino es de un valor incalculable. En cada designación, sería bueno repasar su historia porque Aitor era el compendio perfecto de lo que debe ser el capitán de Los Pumas. Por eso, el Antilunes de hoy es todo para él. Nos dejó en marzo de 2005, pero su legado sigue mas vivo que nunca. Aitor Otaño, el gran capitán del rugby argentino.
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Lo vi una sola vez, con 17 años jugando el seven del fin del mundo en el 96. Nuestro entrenador no pudo viajar a ultimo momento, y estuvo los dos dias al lado nuestro en los partidos apoyándonos y dando indicaciones. Un lujo que me pude dar en este enorme deporte!!
Jugábamos un partido de veteranos Matreros vs Pucara.Ellos tenían un equipazo.a nosotros nos faltaban jugadores y nos estaban bailando.en un momento Aitor le dijo a nuestro capitan: si quieren la cortamos acá y nos vamos al tercer tiempo.un fenómeno!
Hace muchos años , mas precisamente en 1979 iniciaba el rugby en San Pedro , un ex Pucara y compañero en la segunda linea de Aitor , el gordo Juan Carlos Machicote.
Aitor vino un par de veces a visitarlo y todos disfrutabamos de sus anecdotas…
Salud al gran capitan , una lastima que los Pumas ya no entren caminando , quien fue el iluminado que un dia penso q ya no era importante ???
Peto, el gordo me entreno de muy chico en San Pedro, un capo!
Me enseñó mucho de como vivir el rugby.
Hace unos años, se armó un partido de veteranos, al que fuimos con Perca, y la pasamos de puta madre!!
Abrazo!
A un monton de Leyendas de los Pumas les oi decir en distintos momentos, como dicen varios en el video, “mi capitan era/es Aitor”. Esa es una frase que creo no se la escuche a nadie respecto de otro Capitan.
Eso habla a las claras de lo que era el tipo y de la influencia que tenia en el grupo, seguramnete por sus cualidades tanto de liderazgo como de persona.
No tuve la suerte de conocerlo personalmente, ni de estar cerca de el, pero me da la sensacion de que es el prototipo y la personificacion del Hombre de Rugby del que siempre se habla y se menciona en abstracto.
Todos los que tuvimos la suerte de conocerlo coincidimos que fué UN GRAN TIPO , como Capitán y como persona
” Los Pumas ingresan a la cancha caminando lentamente …” Me encantaba y lo pude hacer.
Aitor me lo contó y los de aquellos años lo sabíamos. Año 1964, previo a la gira del 65 en la que se los denomina Pumas, en periodo de selección de jugadores, el Seleccionado Argentino va a Brasil a jugar el Sudamericano. Fue el poderoso Danny Craven y dio el visto bueno para invitarlos el año siguiente.
El equipo va en San Pablo a ver el sudamericano de fútbol, el día que Argentina enfrenta a Brasil. Cuando ingresan al campo y aturden los silbidos y abucheos, Rattín capitán del seleccionado, lo hace a ritmo lento, cansino, en demostración de seguridad, firmeza, desafío…Cero demostración de nerviosidad.
Aitor, muy muy fino observador de los detalles, tomó nota y desde ese día y por muchos años, Los Pumas entraron caminando desafiantes.
Años atrás, en 1992 creo, escribí un artículo en un Congreso de Rugby sobre la Violencia en el Rugby, y tomé modelos de la etología y entre ellos la ritualización. Obvio : la más conocida el HAKA.
Bueno, la hago corta. Aitor estaba intuitivamente en esos detalles APARENTEMENTE secundarios.
Un líder intuitivo, sentimental y Capitán, los advirtió.
Me encantaría que Mario, Nico y compañía retomen esa diferenciación. Los otro, los que nos tienen miedo, entran corriendo ….!!!!
Aitor me contó en un reportaje que todavía guardo, la anécdota de Brasil. Es mas, cuenta que lo habló con Rattín y el Rata, refiriéndose al hecho de entrar así jugando de visitante, le dijo “Apenas entrás todo el estadio te putea y a los mas pibes les tiemblan las piernas, pero como vas caminando despacito, cuando llegás a la mitad de cancha, la gente ya está callada, en otra cosa, esperando que empiece el partido “. Tuve la suerte de charlar varias veces con Aitor. Además de todas sus virtudes rugbísticas era un tipo con mucha lleca. Gracias por tu recuerdo, Pipo.