Oficio
Como en la Final del Nacional de Clubes del año pasado, Hindú derrotó con una patada en la última jugada a Newman, y se metió por 5° vez consecutiva en la final del rugby de Buenos Aires. Esta vez el conjunto de Don Torcuato lo superó por 25-24, con un penal de Joaquín Díaz Bonilla, y definirá el título el sábado que viene, ante el ganador de Belgrano-San Luis que juegan mañana.
La historia se volvió a repetir. Si Hindú queda con vida, es un peligro para el rival que lo enfrenta. Y otra vez el que lo volvió a sufrir en un partido decisivo fue Newman, que tuvo oportunidades para cerrarlo, pero dejó con chances al equipo que mejor juega en la Argentina, y que está nuevamente en la final del Top 14. Fue un partido por debajo de las expectativas que había en la previa, ya que se enfrentaban dos de los equipos que más proponen. Pero ambos estuvieron poco precisos y cometieron muchos errores, lo que se transformó en un duelo cerrado y con pocos espacios. Más allá de esto, los dos se las arreglaron para elaborar muy buenas jugadas, y marcar muy lindos tries en una gran tarde de rugby en el CASI. El que golpeó primero, luego de un intercambio de patadas de Gonzalo Gutiérrez Taboada y Joaquín Díaz Bonilla, fue el Cardenal, después de una jugada de segunda fase que llegó a las manos de Agustín Gosio, y el experimentado wing tiró un sombrerito, y logró abrir el partido. En el primer tiempo, Newman se pudo hacer fuerte en un aspecto que mejoró notablemente este año: la defensa. Mediante esta defensa, pudo presionar y forzar errores de Hindú, que no tuvo el brillo de otros partidos, pero demostró el oficio en estas instancias. A falta de tres minutos para el final, el joven Federico Graglia dibujó una jugada fantástica, y le cedió el try a Bautista Ezcurra, que volvió al primer equipo de gran manera.
En esa primera etapa, el dominio de la pelota y del territorio fue del último campeón, pero en la segunda mitad, el trámite cambió. Newman logró tener más pelotas para atacar, tuvo algunos buenos quiebres, como el del Florencio Llerena que terminó en el try de Jason Bruchou, pero no tuvo la efectividad para cerrar el partido, y lo terminó sufriendo. A esa falta de definición, el Cardenal se vio muy superado en otro aspecto del juego: el scrum. Hindú se hizo muy fuerte en esa faceta, y los dos tries en la segunda parte llegaron por esa vía. Esto es una de las grandes virtudes que tiene el campeón. Al manejar todos los aspectos del juego, puede lastimar a sus rivales de distintas formas. Esta vez fue por intermedio del scrum, una formación que Newman también había sufrido hace dos semanas ante Regatas. Otro de los puntos flojos del Bordó, fue la indisciplina: En total cometió 15 penales, y vio dos tarjetas amarillas (Alberto Porolli y Matías Freyre).
Newman tuvo varias oportunidades para sumar en el segundo tiempo, pero falló en algunos detalles de la definición. Aun así, sacó coraje cuando parecía que se le escapaba, y Gutiérrez Taboada metió un penal faltando 2 minutos, que al igual que hace dos semanas, tenía olor a decisivo. Pero Hindú siempre tiene otra más. La mentalidad ganadora, y la personalidad del equipo volvió a salir a la luz, y el conjunto de los hermanos Fernández Miranda consiguió un penal que Tito Díaz Bonilla no desperdició. El 10 no tuvo su habitual lucidez durante los 80 minutos, pero aprovechó su oportunidad de transformarse nuevamente en el héroe de su equipo con una tremenda conversión. Ante la falta de recambio en el puesto de apertura en el seleccionado nacional, Díaz Bonilla muestra día a día el carácter y el talento necesario para tener una oportunidad. Otros que tuvieron una buena producción en la tarde del CASI, fueron los tres primeras del Elefante, más el liderazgo de Gonzalo Delguy, y la potencia y solidez de sus dos centros, Bautista Ezcurra y Severiano Escobio, que poco hicieron extrañar a Hernán Senillosa.
Newman cerró otro buen año, pero otra vez quedó al borde de la final. En esta oportunidad no llegó con la candidatura de otras temporadas, algo que le quitó presión, y pudo jugar a un nivel similar de lo que produjo durante el año. En el Bordó hay un recambio generacional y muchos chicos nuevos, pero el buen nivel de todas sus divisiones del plantel superior lo hacen mantenerse competitivo año tras año. Aún le resta pulir algunos detalles cuando llega a las definiciones, para sacarse la espina y conseguir el tan deseado campeonato.
El sábado que viene Hindú disputará su 5° final consecutiva, mostrando el gran dominio que tiene en el rugby de Buenos Aires. Además irá por su 10° título de la URBA, y jugará su 10° final, de las cuales sólo perdió en 2013 ante CUBA. En el año sólo cayó ante Universitario de Tucumán en el Nacional de Clubes (presentó un equipo alternativo), y por el Top 14 no pierde hace 21 partidos (el último fue en agosto de 2015, justamente ante Newman por 36-24). Motivos suficientes para soñar, el sábado que viene ante Belgrano o San Luis, con levantar un nuevo título.
NC
Crédito Fotos: Prensa URBA
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