Los Pumas y los Mundiales (capítulo XX)
Una semana larga pasó entre el debut con Gales y el trascendental partido con Samoa, para el cual había que trasladarse hasta Llanelli, en el extremo oeste del Reino Unido. En el medio, Los Pumas sufrieron un golpe: Roberto Grau había sido suspendido por tres partidos por el incidente que protagonizó con Colin Charvis en el encuentro inaugural. Su soponía que el pilar mendocino podía quedarse afuera del Mundial.
El partido con Samoa era clave por varios aspectos. Ante todo, porque una derrota significaba quedar nuevamente afuera en la primera rueda. Pero, además, Los Pumas arrastraban una serie de ocho derrotas consecutivas en Mundiales y enfrentaban a los verdugos de las dos últimas ediciones.
En un día frío y lluvioso, Los Pumas salieron a quebrar la historia. Pero arrancaron mal. Muy mal. El primer tiempo, en el que jugaron con viento en contra, fue un concierto de errores. El equipo estaba nervioso, muy apurado y Samoa, con poco, se fue al descanso con un 16-3 que hacía presumir lo peor.
Recuerdo que en el entretiempo me crucé rumbo al baño con el galés Gerald Davies, wing en el famoso equipo de los 70 y actualmente uno de los periodistas más prestigiosos. “Se van”, me dijo.
Pero en el segundo tiempo la historia cambió. Y vaya de qué modo. Más tarde, Alex Wyllie reconoció que lo que les dijo a los jugadores en el vestuario era “irreproducible”. Pero el neocelandés, sin dudas, les tocó el corazón. Y Los Pumas se transformaron en un equipo ambicioso, con un espíritu increíble, llevándose por delante a los samoanos.
El scrum fue uno de los puntos fuertes. Pero también la defensa, la picardía e inteligencia de Agustín Pichot y la puntería infalible de Gonzalo Quesada.
Los Pumas dieron vuelta el marcador, y a los 29 minutos le asestaron el golpe de gracia a Samoa con un try que empezó en la viveza de Pichot y que siguió con un maul que terminó con Alejandro Allub en el ingoal.
El 32-16 -8 penales y un drop de Quesada- decretó una de las victorias más importantes de Los Pumas en los Mundiales. Había que ver los rostros de felicidad de jugadores, la sensación de desahogo.
Los Pumas estaban muy cerca de superar la primera rueda. Aquel juramento en el vestuario de Liceo Naval se había concretado. Ellos, solos, lo habían logrado.
Sigue el martes 19/6
Gracias por estos recuerdos!, leyendo el post se me pone la piel de gallina…No veo la hora de que llegue el 07/09 para alentar a Los Pumas, tenemos un equipazo!.
Tuve la suerte de estar ese día en la cancha, y creo que el triunfo contra Samoa marcó un antes y un después en Los Pumas. De un equipo que acumulaba frustraciones se transformó en el que vimos semanas más tarde en Lens ante Irlanda y en Dublin ante Francia.
No sólo habían jugado muy mal el primer tiempo, sino que no se respetó en ningún momento la táctica prevista y estudiada durante meses para enfrentar a Samoa.
Alex Wyllie cambió el rumbo del partido en el vestuario y los jugadores aceptaron el plan de juego en el complemento. Scrum, maul, 9 y 10.
Los isleños buscaban la pelota y no la encontraban por ningún lado, entonces cometían penales que Quesada acertaba. Un partido inolvidable.
Por otra parte, me parecería buena una discusión sobre la asamblea extraordinaria de ayer en la UAR, donde se le dieron facultadoes al consejo para que resuelva como crea conveniente el tema con Sprtfive.
Saludos
Muy bueno Jorge
saludos pablo
muy bueno Jorge.
Què pasa con el blog?
Saludos