Mirada
Una de los géneros periodísticos que más disfruté escribiendo cada vez que tuve que viajar como enviado especial a algún lugar del mundo fueron los llamados diario de viaje. Un recuadro que acompañaba las crónicas y en los cuales podía detenerme a pegarle una mirada a la ciudad en la que estaba o a contar historias que no tuviesen que ver específicamente con el hecho para el cual había sido enviado por los distintos medios para los que trabajé.
Cuando en mayo del año pasado me tocó ir a Cardiff, Gales, para cubir para Clarín el partido entre Los Pumas y los British Lions, supe que ese era mi último viaje como enviado especial. Ya estaba cansado de tantos aviones, tantos aeropuertos, esperas, correr atrás de la noticia y los nervios por saber si el texto había llegado o no a Buenos Aires. Y, además, extrañaba a mi hijo cada vez más. Supe también que los próximos viajes iban a correrr por mi cuenta, y que entre los objetivos estaba llegar al Mundial de Francia, el año próximo.
Pero este fin de semana volví a sentir el gustito del enviado especial. Me invitaron a una charla, que no es lo mismo, pero recorriendo Resistencia el sábado por la tardecita me dieron ganas de escribir sobre lo que estaba viendo. Es que el periodista lo llevo a todas partes y, como dije en el kick-off (ver en Acerca del blog) este es un espacio periodístico. Así que decidí darle vuelo a un diario de viaje.
A Resistencia se la conoce como la ciudad de las esculturas. Por el centro hay por lo menos tres por cuadra. Se van amontonando una tras otra y ese es el principal atractivo turísitico de la capital chaqueña. El eje es la plaza 25 de mayo, un gigante verde de cuatro hectáreas, emplazado justo en el centro, con la característica Catedral enfrente, al igual que la sede de la gobernación.
Hay luna llena y la gente descansa en los bancos largos. Están los ancianos que miran al suelo preguntándose quizá qué pasó con sus vidas. Están las parejas que se miman soñando con una noche de amor. Están las madres con los cochecitos. Están los adolescentes que se juntan en una especie de glorieta para cantar y reirse. Están los niños descalzos que ruegan por una moneda. Están los artesanos que ofrecen los mates tallados o los collares de madera. Están los que no tienen techo y no encuentran otra alternativa que dormir allí. Está el recuerdo presente del Fogón de los arrieros.
Está el centro comercial, plagado de negocios en la avenida Perón. Es sábado por la noche y casi no se puede caminar por la gente que se agolpa. Están las decenas de puestos callejeros que ofrecen lo mismo: anteojos de sol, fundas para celulares, CD`s truchos.
Está esta provincia, una de las más pobres de la Argentina, que acaba de soportar una sequía de siete meses. Está por ahí el Chaqueño Palavecino, y también se anuncia un recital de César Banana Pueyrredón.
A la vuelta, me toca sentarme al lado de Elisa Carrió, que viajó para el cumpleaños de uno de sus hijos. Su hermano, Tatín, es el presidente del Club Universitario, donde se realizó el encuentro Camino a Ser Puma. Hablamos la hora y 10 minutos que duró el vuelo. Pero tengo que mantener el secreto periodístico.
Conocí Resistencia por trabajo el año pasado. Sin ser una ciudad “bella”, me permitió confirmar mi gusto por viajar, no importa donde.
Da gusto leer cosas asi
Gracias Jorge
Muy linda experiencia Jorge y, como dice Emiliano, da gusto leer cosas así.
Me gustó mucho este diario de viaje. Es un excelente complemento para los temas rugbísticos. Y siempre se aprende algo. Pasé muchas veces por Resistencia desde o hacia el aeropuerto (generalmente rodeándola) en mis viajes de trabajo a Corrientes. Y la vez que me tocó atravesarla (piquete en la ruta) me sorprendió el tema de las esculturas en la zona céntrica y la enorme actividad comercial, mucho mayor a la de su ciudad vecina del otro lado del Paraná. Un dato, que seguramente lo sabrás. El Chaqueño Palavecino es Salteño, del chaco salteño. Y César Banana Pueyrredón tocaba en las fiestas del San Martín de Tours (de mujeres) cuando íbamos al colegio. Que época aquella!!!!
Un abro.
quise decir un abrazo…..
Líndisimo el diario de viaje. Te lleva a imaginarte estar viviendo lo mismo que se detalla. Ojalá tenga yo la oportunidad futura de escribir varias diarios de viaje.
Saludos