Aptos
Varios clubes le hicieron llegar a la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) su preocupación para cumplir con los requisitos y los plazos que se impusieron para la nueva Evaluación Pre-Competitiva (EPC), que rige desde este año para los planteles superiores y las divisiones juveniles (no alcanza a las infantiles). Según trascendió, podrían reeverse las fechas límite (hasta el 6 de marzo, los Grupos III y IV, y hasta el 3 de abril, los I y II), pero no así las condiciones.
El formulario que debe llenarse de ahora en más incluye, a diferencia de años anteriores, estudios más complejos, como una ergometría, un ecocardiograma y una radiografía de columna cervical de perfil con medida de índice de Torg y Pavlov.
La URBA, que informó de esto a todos los clubes en una circular fechada el 1 de diciembre del año pasado, anunció que los nuevos estudios solicitados a los rugbiers devienen de consultas y normas de la Sociedad Argentina de Cardiología, y que el avance a esta medida se forjó luego de una reunión de presidentes.
El objetivo por mejorar al máximo la prevención -también se estableció el uso obligatorio del protector bucal- se intensificó luego de los episodios fatales que vivió el rugby en el 2008, sobre todo tras el último caso, el del juvenil Alvaro Costa, que jugaba en la M19 del SIC.
Todos los clubes han incluido este tema en sus páginas web y, al mismo tiempo, alertan de que la URBA no permitirá ni a un solo jugador que no presente la planilla con todos los requisitos.
Ocurre que muchos clubes -la enorme mayoría de los de los grupos III y IV- no sólo encuentran obstáculos en los tiempos y en la organización, sino, fundamentalmente, en los costos. Los estudios que solicita la URBA tienen un costo de entre 250 y 350 pesos por jugador para aquellos que no tengan prepaga, ya que las Obras Sociales no cubren todo y en los Hospitales -los que estén en condiciones de realizarlos- los turnos, como mínimo, demandan dos meses de espera.
No se discute en absoluto la saludable intención de la URBA de apuntar al máximo a la prevención, pero así como está planteado este nuevo EPC se corre el riego de que muchos se queden afuera. En este mismo blog se han planteado algunas soluciones (ver comentario de Marquitos en el post Contramarcha II) y también se manifestaron estos incovenientes que se detallan aquí.
Además, el asunto no le corresponde sólo a Buenos Aires; también hay dificultades en el resto de las provincias.
Como en todos los temas trascendentes -y este está primero en la lista-, debería darse un debate más amplio y a nivel nacional, con la participación sobre todo de los médicos y deportólogos que tiene el rugby, que, al igual que los abogados, no son pocos en este deporte. Algunos, incluso, ya han discrepado sobre todo lo que solicita el nuevo EPC, y sería saludable escucharlos.
Por otro lado, tratándose de un tema tan importante como la prevención, ¿no debería la UAR estudiar la posibilidad de destinar una suma de lo que percibe del IRB para atender a todos para que nadie quede afuera?; ¿no se podrían utilizar los nuevos Centros de Alto Rendimiento (que cuentan con todos los elementos para estos estudios) para que, de modo organizado y con tiempo, todos acudan a ver cómo están físicamente?; ¿no se podrían buscar canjes con distintas prepagas? En fin, tratar que este siga siendo un juego para todos.






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