Si bien aún resta un test con Samoa que se disputará con los jugadores que actúan en la Argentina, Los Pumas han concluido la temporada con el objetivo cumplido si se tiene en cuenta lo que se fue a buscar en la gira por Escocia e Italia. Había que ganar, se repetían todos, sabiendo que el seleccionado debía superar a dos adversarios que hoy están por debajo del nivel de los capitaneados por Agustín Pichot y porque en este momento el equipo necesita triunfos para construir con vistas al Mundial 2007. También porque, como está ordenado el rugby internacionalmente, una derrota hubiese puesto aún más piedras en el camino a la inserción que requiere Argentina, y que no tiene por enormes distancias económicas y geográficas.

Los Pumas, sin demostrar un juego de alto vuelo, exhibieron una faceta que parecía demorarse cada vez más: el oficio para manejar partidos que están para ganarlos y actitud para ir al frente aún cuando Escocia e Italia presentaron algunas dificultades.

Faltan 23 meses para el debut contra Francia, en París, en el partido inaugural de la Copa del Mundo. Tiempo suficiente para seguir buscando un equipo más sólido, previsible en lo que debe serlo y arriesgado cuando se den las oportunidades. Por ejemplo, de una semana a otra se corrigieron en Génova varios de los errores cometidos en Edimburgo.

Pero siempre hay un pero en el rugby argentino. Y otra vez Marcelo Loffreda puso en duda su continuidad al frente del seleccionado. El mes que viene habrá renovación de autoridades en la UAR y dentro del plantel de Los Pumas sospechan que algunas resoluciones pueden entorpecer la tarea que el hombre del SIC arrancó en el año 2000.

Loffreda siempre ha sido hermético y no dice públicamente cuáles serían esos obstáculos, aunque tras la victoria ante Escocia dio alguna pista al mencionar que si se producían cambios en cualquier integrante del proyecto de la selección, él iba a dar un paso al costado. Más allá de todo lo que se pueda estar tejiendo en la dirigencia, Loffreda hace rato que viene diciendo que no sabe si va a seguir. Y eso genera un clima de incertidumbre.

Los principales referentes de Los Pumas dicen estar alineados detrás del proyecto que encabeza Loffreda. Y, por lo bajo, anuncian que estarán dispuestos a dar batalla afuera de la cancha si se produce alguna decisión que ellos crean que perjudica al equipo.

Los Pumas terminaron en el juego con los principales objetivos cumplidos en otra temporada complicada. Habrá que ver ahora cómo concluye el año cuando asuma la nueva dirigencia.