El campeonato Argentino ya tiene a sus finalistas. Y otra vez Buenos Aires, en teoría el equipo más poderoso, no será campeón. Mendoza, el defensor del título, lo dejó en el camino (22-19) en un partido polémico, cuando un penal sobre el final de Federico Serra (full-back del SIC) fue convalidado por un juez de touch (el tucumano Ricardo Ponce de León) y no por el árbitro, el cordobés Daniel Jabase. No debe buscarse tierra donde no la hay, por si alguien sospecha que los porteños fueron perjudicados por la lucha con el Interior que mantuvieron los dirigentes por el poder en la UAR. Mendoza ganó bien y Las Aguilas tendrán que replantearse el futuro tras este nuevo desliz deportivo.

Mendoza, que el año pasado ganó el único Argentino de su historia, volvió a hacer punta con su primera línea, liderada por el histórico Federico Méndez y el juvenil Puma Eusebio Guiñazú, y con una actitud basada en la presión y en la concentración. Habrá que ver cómo rinde en una final, ya que en 2004 no hubo un test decisivo y sus antecedentes en ese rubro no son buenos: perdió las cuatro que disputó.

Además, el sábado próximo (la localía se sorteará durante la semana) tendrá enfrente a un experto que para bien del rugby ha regresado a los primeros planos: Tucumán. Los de camiseta naranja, campeones en siete oportunidades (festejaron en su época de oro en 1985, 1987, 1988, 1989, 1990, 1992 y 1993), vienen de golear en un áspero partido a Córdoba y, por lo visto hasta ahora, son candidatos a un nuevo título.

Tucumán ya había dado muestras de su poderío cuando en la fase clasificatoria doblegó en todos los sectores a Buenos Aires. Allí apareció un equipo con la mística de aquel que lucía un pack demoledor, integrado por varios jugadores que después se lucieron en Los Pumas. Hoy, los tucumanos, dirigidos por quien fue el hooker del cuadro de los 80, Ricardo Le Fort, se muestran poderosos en todas las facetas del juego y los ayuda el hecho de mantener casi el mismo plantel que el año pasado logró el ascenso. Porque sí, Tucumán se había ido al descenso…

El Argentino se irá nuevamente para el Interior, superando a un Buenos Aires que cuenta con el mayor caudal y presupuesto del país. El duelo por quedarse con la 61ª edición será entre dos equipos que, para llegar a esta instancia, dejaron en el camino, precisamente, al combinado porteño. Y esto demuestra, entre otras cosas, que más allá del nivel, el poder del juego no tiene dueño en el rugby argentino.