La gira que Buenos Aires acaba de culminar por Sudáfrica debe analizarse más allá de los resultados deportivos que, al fin, fueron positivos si se tiene en cuenta que los tres partidos arrojaron dos victorias y una derrota. Desde este mismo espacio de rugby de los lunes se había señalado que el objetivo de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) trascendía a la competencia en sí y a la preparación con vistas al Campeonato Argentino que arrancará la semana próxima. A la tierra de los Springboks se fue a buscar, además, sentar las bases para tener un contacto fluido con una de las grandes potencias que tiene este deporte.

Los dirigentes de la URBA pretenden tener un espacio para su seleccionado en las duras competencias internas que existen en Sudáfrica, pero ese es un trabajo que llevará mucho tiempo. Por ahora, se avanzó en dos aspectos: tratar de realizar intercambios con jugadores y árbitros. Hubo reuniones que, según las fuentes consultadas por Clarín, resultaron positivas, aunque aún no hay nada en concreto.

Lo cierto es que la URBA dio un importante paso que más adelante le podrá servir a la Unión Argentina de Rugby, que desde hace mucho tiempo viene peleando —sin éxito— por encontrar un lugar en algún torneo de los que juegan las potencias, sobre todo las del hemisferio Sur.

En lo rugbístico, Buenos Aires pudo comprobar que no es nada sencillo el camino, pero que quizá con el tiempo sea posible. El equipo dirigido por Fabián Turnes y Juan Araujo Muller arrancó con un buen triunfo (más allá de que sobre el final sufrió) ante Falcons, que juegan en la división First (una Segunda división) de la Copa Currie, el superpoderoso torneo provincial sudafricano. Luego, frente a un equipo de la división Premier (Mpumalanga Pumas), también sacó no sólo un triunfo, sino que concluyó con su ingoal invicto.

Pero el cierre de la gira, el sábado, mostró otra realidad. Buenos Aires soportó una goleada del segundo equipo de Blue Bulls de Pretoria, campeón de la Currie. Los titulares, con varios Springboks, más tarde apabullaron a los Hurricans neocelandeses por el Súper 12, el torneo con el que aún sueñan Los Pumas.

Buenos Aires dio un paso importante. Los jugadores —no viajaron todos los titulares, pues algunos integraron el seven de Los Pumas— adquirieron fogueo internacional y los dirigentes iniciaron un camino que quizá, en el aspecto competitivo, dé interesantes resultados en el futuro.