Brindis
Para quienes hacemos Periodismo Rugby termina un año marcado por un enorme desafío. Honrar la responsabilidad que nos delegó el creador de este blog, Jorge Búsico. Trabajamos desde el primer día de marzo con un norte muy claro, sostener los cimientos de esta casa que Jorge construyó en 2006 y mantuvo sólida durante una década. Esa esencia se funda en el respeto al espíritu y los valores del rugby y en una irrenunciable independencia de opinión. Nos dejaron la vara alta pero con la ayuda de uds, los que día a día mejoran al blog con sus debates plenos de contenido y pasión rugbística, hemos sostenido este espacio del que tanto disfrutamos.
En mayo le cambiamos la cara al blog con un diseño mas actual y gracias a uds que se adaptaron a estos “nuevos colores” de la casa, seguimos adelante. Sumamos contenido en video, actual y del archivo de Leyendas . Desarrollamos a Periodismo Rugby en las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram y el canal de Youtube “Leyendas del rugby”) y en todas tuvimos un crecimiento exponencial.
Por eso en este fin de año queremos brindar con Jorge y con uds, agradeciéndole a Jorge por haber confiado en nosotros y a uds por bancarnos y acompañarnos en este lindo desafío. También va nuestro agradecimiento a Santiago Ángel por su colaboración y a Sebastián Rodríguez que se encarga de cuidar la parte técnica del blog.
Como dijimos el desafío es mantener la esencia del blog y un clásico de Periodismo Rugby es despedir el año con el maravilloso brindis escrito por el querido amigo Richard S. Así que les deseamos a uds y sus familias lo mejor para el año que comienza y brindamos con las emocionantes palabras de Richard.
Daniel Dionisi / Nicolás Casanova
Brindis
En un final de año en el que todo parece que termina, pero todo vuelve a comenzar, les proponemos un brindis:
Por las mujeres, las que van a ver jugar rugby a sus hijos, novios, candidatos o maridos y que, como madres permisivas, aprueban que sus hombres-niños se porten como salvajes durante un rato los fines de semana, sin expresar su angustia cuando el suyo se golpea (porque le han dicho que el rugby es un deporte muy seguro), ni pretender un lugar en la barra del pub cuando llega el momento de hablar de un juego de hombres; que durante el partido venden cheesecakes pro-gira a Nueva Zelanda o pastafrolas pro-agua caliente en los vestuarios… ¡Salud!
Por los maestros de rugby, que nos enseñaron de chicos el espíritu del juego más bello junto a su técnica, sus leyes, la camaradería más fuerte, y que nos soportaron en las giras; que nos enseñaron a contener el entusiasmo en la victoria y la desazón en la derrota; que con la excusa de enseñar pueden repetir lo que más disfrutaron como jugadores: pisar la cancha, correr, pasar la pelota, embarrarse, ver las haches de cerca… ¡Salud!
Por ese rugbier postergado que apenas entró un par de veces como sustituto en la Intermedia; que sus mejores partidos los jugó soñando despierto, y que llega al club todos los sábados a las 10:30, bolso en mano, para ver si queda un lugar en la Pre “C” y jugar de lo que sea, sentirse Richie McCaw por un rato y comprobar, así, que en el rugby hay lugar para todos… ¡Salud!
Por los forwards, que se hacen llamar pack (jauría) hasta que transpirados, resoplando, sin aire ni piernas, van perdiendo la ferocidad del lobo. Con el sindicato de las primeras líneas que dice poseer el secreto alquímico del rugby esencial; con las torres de la segunda línea que ven pasar la pelota sobre sus cabezas en cada lineout; con los alas, psicópatas especialistas en tacklear a destiempo al apertura contrario, y el octavo, el único que se nombra por su número, especie de nowhere man que siempre quiso jugar de back… ¡Salud!
Por los backs, más vituperados por sus forwards que los del equipo contrario; con el único que sabe lo que es tener la pelota en la mano: ese medio-scrum que habla, habla y habla…; con el apertura que goza de la dispensa especial de patear la guinda desde donde la reciba; con los tres-cuartos (así llamados porque se pasan las tres cuartas partes del partido mirando cómo los forwards disfrutan con sus scrums, mauls, rucks y lineouts, hasta que la pelota llega al apertura que la vuelve a patear); con los centros que se entretienen cambiando de posición entre sí para no enfriarse y si alguna vez reciben un pase (nunca del apertura) corren a chocar contra la defensa contraria para que los forwards reanuden los rucks, mauls y scrums; con los wings, tan alejados de todo junto al touch, confundidos con los espectadores pero sin sus derechos: no pueden insultar al árbitro; y el full-back, ese solitario culpable de errar el último tackle frente a cinco atacantes cuando toda la defensa erró los anteriores… ¡Salud!
Por los árbitros, verdaderos jueces de última instancia de un juego en el que las reglas se llaman “leyes”; que conocen sus mil y una interpretaciones aunque “no discutirás con el réferi” es la principal; que a veces pueden cambiar de parecer, y en medio de una explicación paternal lo piensan mejor y te mandan al sin-bin; que hablan, hablan y hablan más que los dos medio-scrums juntos pero que, sin ellos, tampoco sería posible jugar… ¡Salud!
Por los blazers (blue, o del color que sea), que jugaban sin hombreras ni protectores bucales y que si dejaban la cancha era por extremaunción; que organizaron y administraron el club para que nosotros pudiéramos aprender a jugar y a criticarlos; que nos pasaron la guinda para que algunos organizáramos y administráramos el club para que jugasen nuestros hijos, los de los amigos y los nuevos, y para que nos criticaran; que acertaron y se equivocaron, que no se llevaron ni un centavo (apenas una corbata regimental) y que pusieron mucho, mucho… ¡Salud!
Por los seguidores de Periodismo-Rugby, los jugadores y los veteranos; los chicos de la elite, los nacionales y populares, los snobs; los racionales, los pasionales, los doctorales, los historiadores y los cronistas; los chicaneros, los punks, los posmo y los trolls; los amateurs y los profesionales; los que leen y no escriben, los que escriben y no leen y los que saben más de lo que escriben; los porteños, los del interior, los del exterior, los old-boys y los newcomers… ¡Salud!
Y por los que partieron de gira y que ahora, allá, deben estar organizando un tercer tiempo de aquéllos, mientras el eterno William, haciendo gala de una gran indiferencia por las reglas del football que se jugaba en aquellos tiempos, les muestra cómo tomó la pelota con las manos y corrió con ella para apoyar el primer try de la historia en el Close de Rugby School, en Warwickshire… ¡Salud!
Richard S
Feliz y Prospero 2018 !!!
Felicidades para el Blog
Feliz año a todos por aquí ! Disfruten en familia y con amigos!!
Felicidades a TODOS!.
Los esperamos a partir de mañana, por el resurgimiento de LP
Felicidades a todos lo mejor para este 2018
Gracias a Uds. Muchachos.
Tremendo laburo.
Felicidades a todos los participantes del blog!!
gracias daniel y nico por seguir siendo el blog un espacio para leer y escribir !!!
han honrado el legado de JB y las innovaciones nos costo un poco pero nos adaptamos y estan buenisimas !!!
feliz 2018 !!
por mas periodismo rugby
santiago lopez garcia
Gracias por la mención, Dani y Nico. Fue un placer ser parte de su equipo de trabajo. Para alguien que ama el periodismo y el rugby, este blog es el lugar perfecto. Me siento identificado con su forma de hacer las cosas. Como colaborador o lector, siempre trataré de estar a su lado. ¡Saludos para ustedes y para todos los blogueros!
Hermoso el mensaje de Richard como siempre. Lo único es que quizás vale comentar que el rol de la mujer ha cambiado… muchas son las mujeres que juegan rugby y muy bien hoy en día … no solo es el tema de la pastafrola… ?
Muchas gracias por todo.
Aunque no participo escribiendo, lo hago visitando la página, varias veces por día.
Les deseo,un extraordinario fin de segunda década del siglo veintiuno.