Convicción
A una final no llega un solo equipo; llegan dos, en ambos casos productos de muy buenas campañas. En las últimas dos décadas, Hindú ha estado casi siempre en las instancias decisivas de todo lo que jugó y enfrentó a distintos equipos y estilos y lo que más termina asombrando es no sólo cómo gana casi siempre, sino cómo lo hace. Hindú es un manual de cómo jugar finales y esta tarde lo demostró una vez más. Cuando Belgrano empezaba a acorralarlo y se había puesto a un try convertido del empate con un hombre más, liquidó el trámite con una simpleza y contundencia pocas veces vista en cualquier deporte. Donde encontró un espacio, lo aprovechó; donde encontró una posibilidad, la concretó. Tuvo cuatro ataques en el segundo tiempo, todos en la última mitad, y tres concluyeron en tries, todos por la punta derecha. ¿Cómo se llama eso? Convicción. El rugby de Hindú es eso, especialmente, además de saber jugar al rugby.
Hacia Don Torcuato marchó hoy el cuarto título consecutivo: URBA 2014 y 2015 y Nacional de Clubes 2015 y 2016. Recordemos las definiciones. A CUBA, en ambos casos del Top 14, lo noqueó de entrada, sin darle chance alguna de recuperación. El año pasado, ante Newman, por el NdC, lo ganó, estando perdido, en la última pelota con un drop increíble de Tito Fernández Bonilla, el mismo que el domingo pasado le dio el pasaje a la final con un tremendo penal desde la mitad de la cancha casi en tiempo cumplido. ¿Y ayer? Hindú se pareció a Carlos Monzón. Dos piñas para dejar tambaleando a Belgrano (tries de Bautista Álvarez y Sebastián Cancielliere) y una para tumbarlo (otra vez try de Cancelliere, tras kick quirúrgico del apertura).
El de hoy es el 16° título de Hindú en las últimas dos décadas: 9 de URBA y 7 en el Nacional de Clubes. Esta vez tuvo enfrente a un digno Belgrano, cuyo pack sólo pudo dar señales de victoria durante la primera parte del segundo tiempo. Después, fue traicionado por los nervios de su primera final desde 1968. Hindú juega estos partidos de memoria; Belgrano empezó a aprenderlos hoy. Puede tener revancha en el Top 14 que se viene.
No hay que olvidar el primer try de Hindú, también resuelto con la facilidad que sale desde la convicción, Pelota que le llegó rápida a Álvarez, desborde del wing y pase hacia adentro para que el eterno Chori Senillosa abra el ingoal. Y vale remarcar lo que fue el segundo try: una pared entre Alvarez y Cancelliere con un fabuloso off-load de éste último.
Pasan los torneos y la leyenda de Hindú se agranda. El club de Don Torcuato siempre encuentra un combustible extra: ahora fue en honor a Zequi Comotto, quien se encuentra grave desde hace varios días. Todos jugaron por él, el hijo del involvidable Tío. Esta vez en otra excelente final, jugada al máximo y en un escenario como el mítico de Virrey del Pino que le dio el marco ideal, con 6.000 personas en las tribunas. Fue una fiesta del rugby, coronada por el campeón de la convicción.
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