Triplete
Injusto. Ese es el primer concepto que aparece tras una nueva final del Campeonato Argentino. Porque Tucumán fue más que Buenos Aires. Pero cuando faltaba sólo un minuto para los 80, Las Aguilas ganaron con claridad quizá el único line del test. Cacheteó Nahuel Neyra y Agustín Costa Repetto, el hooker de Los Matreros que había reemplazado a Pablo Gambarini unos momentos antes, ingresó por la boca de la formación imponiendo sus 106 kilos. Try al lado de la bandera. Quedaba la conversión, ya que el resultado seguía beneficiando, como en todo el partido, a los locales (9-8). Y Federico Serra, uno de los dos Pumas del Mundial en cancha, embocó un golazo sin casi nada de espacio para tomar la carrera y con el público respirándole en sus oídos. Entonces, tercer título consecutivo para los porteños. Triplete ante el mismo rival, al que, sin dudas, esta derrota le dolió más que ninguna, porque tenía la corona en sus manos, y en su propia casa.

Vuelta olímpica de Buenos Aires en Tucumán. Campeón otra vez.
Foto: Clarin.com
Como siempre, el Lawn Tennis fue una caldera, desbordada por unas 10 mil personas, varias incluso adentro de la cancha. Alentaron, gritaron, mandaron a su equipo al frente y, al final, aplaudieron la vuelta olímpica de Buenos Aires. Un ejemplo para destacar y, además, enterrar algunos temores que existían antes de un encuentro al que le precedió un respetuoso minuto de silencio por la muerte de la madre del presidente de la Unión Argentina de Rugby (UAR), Porfirio Carreras, quien debió regresar a Buenos Aires de urgencia.
De todos modos, en el rubro público, vale remarcar que fue un gran error desarrollar el partido con tantos espectadores dentro del campo de juego. El árbitro Javier Mancuso, de fallos correctos en el juego, debió parar las acciones en un par de ocasiones, aunque sólo se cumplió con despejar el sector donde estaba en disputa la pelota. Incluso, cuando Serra pateó la conversión, a través de la televisión se observó a muchos chicos a sus alrededor.
Tucumán fue más de principio hasta casi el fin. Con sus forwards ganando la batalla con amplitud, sobre todo en el scrum y en los rucks, recuperando en ambas formaciones un sinfín de pelotas. Con su fullback Lucas Barrera Oro aportando seguridad en el fondo y quitando presión con largos y ubicados kicks. Y con todos compremetidos al máximo con el tackle, yendo bien abajo, talando cada intento de Buenos Aires.
El primer tiempo terminó 3-3, con penales de Diego Mas y Serra, este en la última acción del período. Pareció que el viento a favor iba a favorecer al actual campeón en el complemento, pero Tucumán se hizo fuerte en cada formación y en cada pelota. Así, su apertura acertó dos penales más frente a los palos y estiró la cuenta a 9-3.
Buenos Aires fue una sombra hasta que faltaba un minuto para los 80. Mal en el scrum, con muchos problemas en el line, cayéndosele la pelota más de la cuenta y con su medio scrum Francisco Albarracín que nunca encontraba el pase justo. Lo del campeón se limitaba sólo a los arrestos individuales de Alejandro Campos, por lejos el mejor del equipo.
Era de Tucumán y la Caldera se preparaba para la gran fiesta, para celebrar el primer título en casa en una final ante Buenos Aires (las otras dos fueron en San Martín y en Mar del Plata, en el 85 y 88). Pero, se sabía, a Las Aguilas no había que darles una chance. No se sacó la pelota afuera y de ahí vino una réplica que derivó en el line relatado al comienzo. Try, conversión y triplete para los capitaneados por Pablo Gómez Cora.
Se enterraron buena parte de los pronósticos. Porque perdió aquel que prevaleció en la batalla de los forwards, el que manejó mejor la presión, el que tackleó más, el que tuvo más obtención. Pero también se auguraba que si Tucumán le daba una sola chance a Buenos Aires, esta podía resultar decisiva. Así fue. Los porteños anotaron puntos sobre el cierre de cada tiempo. Y se quedaron otra vez con todo, por más que suene a injusticia.
Buenos Aires se llevó sólo el título de regreso a su casa, a una semana del comienzo de su torneo, pero tendrá que revisar más su forma de encarar el campeonato más importante que se juega a nivel nacional. Tucumán, más allá de la frustración que debe sentir en estas horas, puede quedarse tranquilo. Si continúa en esta ruta, ya lo va a lograr. De hecho, desde que lo entrena Ricardo Le Fort, múltiple campeón con la camiseta naranja, logró el ascenso, fue campeón al año siguiente (2005) y se fue acercando cada vez más a su clásico rival en las tres finales consecutivas. Sus entusiastas y fieles seguidores también lo saben.






Pumas (Gales)
Pumas (Gales)
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