Cacho Martínez
Murió Cacho Martínez, emblema de Deportiva Francesa y de la UAR, en la que durante muchos años, estuvo bien cerca del seleccionado. A los 94 años se fue Oscar Martínez Basante, un símbolo de nuestro rugby de clubes.

2007, Cacho Martínez y Juani Hernández en París.
En la Depor hizo todo y tiene un récord: en una misma temporada fue capitán, entrenador y presidente. Un verdadero padre del club. En las buenas y en las malas siempre estaba Cacho. Son muchos los recuerdos ligados a su club que se lleva el Patriarca y, seguramente, hay un lugar especial en su corazón para la legendaria gira a Europa de 1954. Un viaje mitológico, el primero de un club argentino al viejo continente, 22 jugadores capitaneados por Cacho Martínez: “Fue un acontecimiento muy importante. Viajamos 90 días y creo que lo más importante fue la unión entre nosotros. Es un orgullo haber sido el capitán de un grupo de jóvenes traviesos y felices. La mayoría de los que viajamos proveníamos de la barra del Monte de Olivos (en las playas de Olivos), lugar al que íbamos para nadar, tomar mate o pasar el tiempo entre amigos”. Una pintura de los años románticos del rugby argentino.
Como jugador se dio el gusto de ponerse la camiseta celeste y blanca contra Francia en 1954 y luego, ya en su época de dirigente, Cacho fue el hombre de Deportiva en la Unión y durante muchos años fue el manager de Los Pumas. Por mas de dos décadas era común su presencia en el staff. Los guerreros de los ochenta llevan en su corazón a Cacho Martínez, siempre cerca para dar una mano.
Una de las grandes alegrías de Cacho Martínez fue acompañar la aparición del jugador mas grande que dio Deportiva Francesa. A Carajito, como lo bautizó él, lo conoció desde pibe y se dio el gusto de verlo de cerca en su momento de mayor esplendor: Francia 2007.
Adiós a un genuino hombre de rugby.
Homenajeamos a Oscar Martínez Basante con una historia que lo une a Juani Hernández y que es un fiel reflejo del espíritu que late en los clubes argentinos.
Padre del club
Todavía ocupaba el vientre materno y Juani Hernández ya estaba en Deportiva Francesa. Nació crack. Con poquitos años la mamá le puso los cortos, el papá le tiró una pelota y empezó a mostrar la magia. Un día lo vio el patriarca del club y lo puso bajo su ala. Ya era crack pero su padre rugbístico lo iba a terminar de pulir y entre ambos iba a nacer una unión de hierro.
Muchos años después, en septiembre de 2007 Cacho Martínez Basante, el patriarca de Deportiva Francesa acababa de arribar al aeropuerto de París y buscaba con la mirada a la persona que lo iba a estar esperando. Estiraba la cabeza para mirar por sobre ese hormiguero que era el aeropuerto Charles de Gaulle en los días previos al mundial y no encontraba la mirada de su hijo rugbístico. De pronto apareció por atrás y le apoyó cariñosamente el brazo en el hombro. “Que hacés Carajito! Ya me estaba poniendo nervioso!”.
Martínez Basante, patriarca de su club y muy ligado a la Unión, tenía asistencia perfecta en los mundiales. Por su categoría de dirigente siempre era invitado a las Copas del mundo. Siempre hasta ese 2007. Parecía que se lo perdía. Hasta que Carajito se enteró.
Carajito es Juan Martín Hernández y no podía permitir que su padre rugbístico justo se perdiera ese mundial que iba a ser su mundial. Por eso lo invitó a su casa de París.
Caminaron juntos por el aeropuerto buscando un taxi. La gente reconocía a Juani, lo paraba y le pedía autógrafos. Hernandéz…Hernandéz!! Le gritaban acentuando en la “e”. Por fin llegaron a un taxi, Cacho se adelantó y cuando el chofer reconoció al diez, el patriarca canchereó “Hernandéz..Hernandéz…viste? Hernandéz me lleva la valija”.
Juani lo acompañó a su departamento parisino y volvió a la concentración puma con la contención que le daba tener cerca a su padre rugbístico. Cacho también se sintió contenido por Juani. Gracias a él iba a ver el mundial. Así es la relación entre padre e hijo. Así se cierra el círculo de mutuo amor y respeto.
Durante esos cuarenta días gloriosos de 2007 Hernández vivió momentos únicos e incomparables y siempre tuvo cerca la mirada de Martínez Basante.
El día del partido contra Irlanda Cacho, en la platea del Parque de los príncipes volvió a sacar pecho. Después del tercer drop de Juani mientras la gente coreaba el “marado…” no aguantó mas y codeo al que tenía al lado. – Lo conozco de chiquito. Es mas, estoy parando en su casa.
En el dolor de la derrota con Sudáfrica Cacho lo consoló. En la alegría del triunfo final contra Francia Cacho brindó por él a lo lejos. Siempre estuvo. Como cuando era mosquito, como en el primer llamado a los pumitas, como en el debut en primera contra DAOM. Fue él quien le avisó que estaba convocado a Los Pumas en el 2002. Siempre uno cerca del otro. Como en Francia 2007.
Juani ya tenía la magia y el fuego sagrado, Cacho Martínez Basante le inculcó los valores del rugby. Esos que no se olvidan jamás. Por eso el crack nunca se olvidó de Cacho, su padre del club.
Daniel Dionisi
Argentino Top
Pochola eterno
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