Los Pumas tienen a la enorme mayoría de sus titulares en el exterior y que el seleccionado, además, carece de una competencia anual y sus posibilidades de enfrentar a las potencias cada vez son más acotadas; que la infraestructura local sigue siendo amateur mientras se tutea con un universo ultraprofesional; que se juega de igual a igual en la cancha y se corre en desventaja afuera.

Pero, por suerte, en el medio de tantas demandas ese mismo rugby argentino muchas veces responde con acierto a las cuestiones filosóficas. Aquí sigue existiendo —más allá de las luchas de poder que, en definitiva, son inevitables en cualquier ámbito— un espíritu de cuerpo que en su gran mayoría mantiene en alto el respeto, la solidaridad y esa sana costumbre (casi archivada en otras tierras) del tercer tiempo.

Dentro de esa filosofía, la UAR viene preocupándose desde hace un tiempo de las graves lesiones cervicales que aumentaron en los últimos años. A propósito de ello, la nueva dirigencia se propuso una meta que es mucho más valiosa que cualquier resultado internacional. Se trata del proyecto “Lesión cero”. Para eso existe la idea de convocar a los más capacitados para que recorran el país enseñando la práctica del scrum, la formación que más lesiones suele provocar en este deporte. Y también se generarán todas las charlas suficientes con los árbitros para que la seguridad del jugador esté por encima de todo.

Desde el Area de Desarrollo del Juego de la UAR se difundió la semana pasada un texto que contiene conceptos que valen la pena refrescar y que no le deberían caber sólo al rugby. Allí se dice: “Si vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo bien. Y vale la pena hacer rugby”.

Se recuerda que cada jugador tiene que presentar un certificado firmado por un médico matriculado en el cual se indique su aptitud para jugar al rugby. También se hace hincapié en el descanso que deben tener los juveniles. Ninguno puede jugar más de 70 minutos en un lapso de 72 horas, de acuerdo a una regla estipulada por el IRB, que impuso en esa categoría dos tiempos de 35 minutos sin ninguno adicional.

Desde la UAR enfatizan, con razón, que “el rugby responsable ha salvado accidentes deportivos por fatiga”.

Otro punto importante es concientizar a todos de la importancia absoluta que tiene el Fondo Solidario, que sirve para atender un accidente de cualquier jugador desde Menores de 15 hasta la Primera, tengan o no obra social o prepaga. Para ello, todos los rugbiers aportan un canon anual.

Desde la UAR proponen: “Actuemos con seguridad. De lo contrario, somos automáticamente responsables. Si sos fanático del rugby, cuidalo. Hacete fanático de su seguridad”. Y, para finalizar, por allí también se recurre a otro concepto que tiene que ver con la vida: “Enseñar no es hacer ganar, y muchas veces la derrota es mejor maestro”.