¡Ay! El rugby argentino que no aprende de los viejos errores. Casualidad o no, pareció al menos inoportuno que en la semana previa al único partido del año de Los Pumas en Buenos Aires comenzaran a circular nombres de la futura conducción de la UAR.

Se sabe que Emilio Perasso la dejará en diciembre luego de un largo período que lo tuvo en dos puestos clave: la conducción de los seleccionados y la presidencia de la institución. Marcelo Loffreda llegó de su mano a entrenar a Los Pumas, cargo para el que fue ratificado después del Mundial 2003. Se especulaba, por otra parte, que cualquiera que llegase en lugar de Perasso (será finalmente el rosarino Alejandro Risler) iba a respetar el proceso por lo menos hasta Francia 2007.

Pero en estos últimos días empezaron los rumores. Uno es que Néstor Galán, hoy al frente de selecciones, sería desplazado. Primera lectura: siendo Galán un hombre que viene llevando a cabo un plan con vistas al Mundial, puede interpretarse su reemplazo como un cambio de timón. Por eso el capitán Agustín Pichot dijo tras el test con Sudáfrica que se trataba de una “deslealtad”.

Para el lugar de Galán suenan dos candidatos: el mendocino Miguel Settién y José Javier Tito Fernández. Este último se sabe que no comulga con Loffreda y hasta trascendió que su candidato es el actual entrenador de Hindú, su club, Patricio Noriega.

También circuló en la UAR y en Vélez, el sábado, que casi seguro a Risler lo acompañarán en puestos claves otros tres ex Pumas: Hugo Porta, como vocal y representante ante el International Rugby Board (IRB); Raúl Sánz como secretario y Richard Handley como vocal. Todos aspiran a esos cargos hace rato.

La presencia de Porta como cara ante el IRB puede ser de gran importancia para el rugby argentino gracias a la trascendencia que tiene el ex capitán de Los Pumas en el mundo de la ovalada.

En tanto, la dupla Sánz-Handley históricamente ha despotricado contra el profesionalismo, y los actuales Pumas lo saben. Pichot seguramente manifestó en nombre de la mayoría ese desagrado cuando entre otras cosas habló de deslealtades.

Es lógico que cualquier conducción nueva venga con su libreto. Risler y su gente tendrán el suyo. Ocurre que quizá lo que menos haya que tocar en este momento en el rugby argentino sea a Los Pumas, menos a tan poco tiempo del Mundial. Existen muchísimos más aspectos a modificar y discutir que meterse hoy con los entrenadores y los jugadores. Y se los menciona a estos últimos porque también en estos días han circulado intenciones de reclamarles “contribuciones” a los que actúan en el exterior, como si no fuese una contribución viajar a la Argentina, entrenar apenas una semana y después salir a jugarle de igual a igual nada menos que a los Springboks.

Fue una lástima que una jornada tan vibrante como la del sábado, a cancha llena, con un equipo que durante más de un tiempo superó al segundo seleccionado del mundo, con jugadores que siguen evolucionando, haya terminado con los protagonistas hablando de otra cosa.

Los Pumas tienen ahora dos test que deben ganar porque son favoritos. Sería bueno dejarlos tranquilos, al menos por estas dos semanas.