El rugby de primera división aprovechó el fin de semana largo para tomarse un receso.

Ni torneo de la URBA ni Nacional de Clubes. Este es en la Argentina un deporte amateur, y en estos casos se decide, generalmente, que los jugadores tengan un descanso como en sus trabajos o estudios. Buena oportunidad, entonces, para darse una vuelta por algunos temas que giran alrededor del rugby argentino.

En noviembre se renuevan las autoridades en la Unión Argentina de Rugby (UAR) y, de acuerdo con los estatutos, Emilio Perasso no podrá seguir como presidente de la institución después de haber cumplido dos mandatos.

Es una lástima, porque el hombre del SIC aportó mucho en este tiempo y nadie puede discutirle su compromiso con el juego ni que conoce el mundillo del rugby como pocos.

Pero bueno, Perasso fue uno de los dirigentes que aprobó aquel acuerdo que estableció nuevas reglas tras un pacto entre Buenos Aires y el Interior.

La carrera de la sucesión ya se largó. Desde el Interior creen que esta es la gran oportunidad para alcanzar por primera vez el sillón mayor de la UAR. El rosarino Carlos Araujo, un exitoso empresario, es el que cuenta con más posibilidades y, además, uno de los que más ha trabajado para llegar a ese cargo.

Pero en las últimas horas se rumoreó que Buenaventura Mínguez —ex Puma-, representante de la Unión de Mar del Plata, también se postularía para reemplazar a quien fue su entrenador en el SIC.

¿Y Buenos Aires, que siempre presidió la UAR? En la última semana hubo una reunión de los clubes afiliados y se decidió presentar un candidato. El hombre elegido es Alejandro Risler, de Atlético del Rosario, y que, curiosamente, también fue entrenado por Perasso, pero en Los Pumas, en la gira a Gales de 1976. O sea, alguien del Interior, pero cuyo club está afiliado a la URBA.

En esa misma reunión, algunos clubes de Buenos Aires, los más conservadores, plantearon que en la URBA no se discutió sobre los fondos que la UAR recibirá en los próximos tres años del International Rugby Board (IRB). “No nos oponemos a que entre dinero, pero queremos que haya un debate”, dijeron algunos.

Por estos días también circuló por los pasillos del rugby una idea que estarían elaborando algunos de los que se pusieron la camiseta celeste y blanca a lo largo de la historia. Se trataría de confeccionar una corbata Puma, reservada sólo para los jugadores. Se sabe: a Los Pumas les molesta que los dirigentes utilicen la misma que ellos.

Y para cerrar este repaso, una pregunta: ¿Por qué la UAR aún no le efectuó un homenaje a Los Pumas de 1965, de cuya épica gira a Sudáfrica se cumplieron 40 años hace ya dos meses?