Lejos quedaron aquellos tiempos en los que Los Pumitas, en su categoría Sub 19, se consagraban campeones mundiales de la FIRA, una organización a la que las potencias, con excepción de Francia, no le daban importancia. Entonces, siempre la definición quedaba entre argentinos y franceses. Muchos de los que levantaron la Copa incluso después se consagraron como Pumas.

Desde hace varios años, la situación cambió. El todopoderoso International Rugby Board (IRB) empezó a interesarse en los juveniles, vio que allí había una veta extra al negocio que hoy representa el rugby, y tomó las riendas de los Sub 19 y también armó un Mundial Sub 21, al que se promociona como el de las futuras estrellas del Mundial mayor.

Así, entraron en competencias Nueva Zelandia, Australia, Sudáfrica y los grandes de Europa se le sumaron a Francia. Y ya no sólo no hay títulos para Los Pumitas, sino derrotas con goleadas estrepitosas incluidas.

El Mundial Sub 19 que concluyó ayer en Durban, Sudáfrica, podría interpretarse como un fracaso deportivo para los argentinos (apabullados por Sudáfrica, Australia y Gales), pero la lectura debería ser más amplia.

Más allá de cuestiones técnicas, lo cierto es que un chico argentino de 19 años no está en condiciones físicas de enfrentar a uno de las potencias. Las diferencias son demasiados grandes y éste es un deporte en el cual hoy el desarrollo del cuerpo es un arma clave y vital para la competencia internacional.

Por eso, de la mano del IRB, las potencias se han volcado a los juveniles y en todas ellas un chico de 19 años ya está casi preparado para disputar en principio los torneos provinciales, que tienen un rigor en nada parecido a los que se realizan aquí.

Así, de pasar a definir los títulos de la FIRA y llevarse varios, Los Pumitas terminaron jugando en Durban por el séptimo puesto contra Rumania.

Entre el 9 y el 25 de junio, Mendoza recibirá al Mundial Sub 21. Quizá allí las diferencias vuelvan a establecerse, porque, por ejemplo, un neocelandés o un australianos, ya están a los 20 años preparados para dar el salto a los All Blacks o a los Wallabies. Y aquí recién empiezan a desarrollarse.