Fue un sábado intenso el del rugby de Buenos Aires. Comenzó temprano con un congreso sobre las lesiones cervicales que han aumentado en los últimos meses, y continuó con las dos semifinales que mostraron mucha más explosión en las tribunas que en la cancha, y que, al fin, terminaron clasificando para el choque decisivo del próximo sábado a los dos mejores equipos del año.

El congreso, que reunió a diversas personalidades del ambiente, tuvo momentos de discusión acolarada, que es la que se necesita para encontrarle una vuelta a un tema preocupante que requiere de soluciones rápidas, porque lo que aquí está en juego es la salud física de los juveniles. Es de esperar que todo no haya quedado allí, y que la alta dirigencia del rugby argentino trabaje en serio alrededor de ello.

En cuanto al juego que mostraron los cuatro que llegaron en busca de la final, poco se vio en el Buenos Aires CRC. Sólo dos tries en dos partidos (y ambos del mismo equipo, el SIC) y demasiados nervios para encontrarle huecos a las cerradas defensas que exhibieron todos.

El SIC venció a Hindú con más facilidad con la que Alumni superó al corajudo Newman. Y si bien Alumni fue, lejos, el mejor de la temporada (ganó todos los partidos con bonus en la zona campeonato), la final se presenta muy pareja.

Es que el SIC volvió a mostrar que es un equipo durísimo cuando llega a estas instancias. Sabe cómo jugarlas, respeta su historia y su defensa es clave para partidos que deben jugarse como si fuesen un test. Lo hizo con sus dos últimos títulos. Recordemos. En el 2002 aguantó con dos jugadores menos el embate final de Regatas, y en el 2003 doblegó nada menos que al CASI, que en los dos choques anteriores de ese año se había impuesto con autoridad.

Alumni jugó contra Newman con doble presión: la del candidato al título y la de archivar la amarga experiencia del año pasado, cuando el CASI lo apabulló en las semifinales. Quizá el choque del sábado, ganado por apenas un penal de diferencia, le haya servido para poner todo lo que sabe (dinámica, tackle, scrum, variantes) en los 80 minutos que declararán al nuevo campeón de la URBA.

Ya se sabe que éste sistema de campeonato no premia al mejor del año. Alumni lo fue, pero queda una final nada menos que contra el SIC. Habrá un campeón o, tal como indica la rara costumbre del rugby, serán dos los que compartan el título si se da un empate.