Quienes conocen mucho de la historia de los vestuarios de Los Pumas en los últimos años aseguran que nunca se vivió una situación tan desesperante como la de la noche del 23 de junio de 2001, en la fría ciudad neocelandesa de Christchurch. Los argentinos acababan de ser vapuleados por 67-19 por los All Blacks, en la peor derrota posterior a la fiebre exitista del Mundial 99. Pero ese no era el motivo de la preocupación. Es que Alejandro Allub, el segunda línea que era en ese momento una de las grandes figuras del equipo, había sufrido un infarto en pleno partido.

Fue, claro, el fin de Los Pumas para Allub, quien también estaba triunfando en el rugby francés. Hubo, incluso, un duro cruce de acusaciones entre la familia del cordobés y los médicos de la Unión Argentina de Rugby. De aquella noche, Daniel Baetti, entonces entrenador del seleccionado, recordó: “Fue terrible. Pero, además de todo, Los Pumas perdieron ese día a un jugador fundamental”.

Allub, quien después del Mundial 99 había anunciado su retiro de Los Pumas para dedicarse a su carrera de Medicina, no se dio por vencido. Y, de a poco, se fue metiendo de nuevo en el rugby a través de su club, Jockey.

Hoy, el grandote vuelve a ser noticia. A menos de tres años de aquel infarto que presagió un nunca más al juego del rugby, acaba de ser convocado para Córdoba, que afrontará el próximo Campeonato Argentino. Un milagro de esos que se producen únicamente cuando uno tiene pasión por algo, como la que tiene Allub por el rugby.

“Mi intención es jugar bien para Córdoba, entrenarme bien, volver a mi nivel y estar bien yo. Físicamente estoy 10 puntos, sabiendo que después de lo que me pasó tengo que estar doblemente entrenado para no exigirme demasiado. ¿Mi familia? Se va a enterar a través de los medios…”, le dijo Allub al sitio www.cordobaxv.com.ar.

El Turco Allub, aquel que se cansó de bajar pelotas en los lines en el famoso partido con Irlanda del Mundial 99, está de vuelta. Los Pumas necesitarían un jugador como él. Pero lo más importante es que el rugby recuperó a un apasionado por el juego.