Hubo un hecho este fin de semana que quedó disminuido ante la magnitud del clásico de San Isidro y de un torneo de la URBA que tiene a ocho equipos separados por apenas dos puntos cuando se llevan jugadas tres fechas de la etapa que conducirá hasta las semifinales.

Es que el sábado, en Ciudad del Cabo, Sudáfrica venció a Australia por 26 a 22 en el inicio del torneo Tres Naciones. No es un dato menor para el rugby argentino. Sudáfrica es la misma a la que Los Pumas merecieron ganarle y terminaron perdiendo por sólo un punto quince días antes, en Port Elizabeth, y Australia es el rival en el debut del Mundial, pactado para el 10 de octubre, en Sydney.

Vale recordar los conceptos de Daniel Baetti, uno de los entrenadores de Los Pumas, durante la reciente gira por Sudáfrica: “A veces no se tiene idea de a quiénes estamos enfrentando”. Es verdad. Ocurre que los rugbiers argentinos, y esto viene desde siempre, son capaces de borrar adentro de la cancha las enormes diferencias de estructuras y presupuestos que existen con respecto a las potencias. Porque el rugby de esta tierra es un verdadero milagro si se observan los cientos de miles de jugadores y los millones de dólares con los que cuentan los grandes del Sur y del Norte.

Un milagro apuntalado en una tradición a la que los clubes le dan vida continuamente, y en un proyecto que en los últimos años se orientó, a nivel nacional, a buscar en el mejoramiento del juego la gran base para la difusión. Una pirámide que concluye en Los Pumas. Y ahí están los resultados. Claro que con eso no alcanza, y deberá llegar la hora en que la misma pasión se deposite, por ejemplo, en organizar mejor los calendarios y en profundizar en aspectos como el arbitraje.

Pero volvamos a ese nivel que hoy han alcanzado Los Pumas. Los Springboks vencieron a los Wallabies con 8 de los titulares que enfrentaron a los argentinos. Y hay otro dato muy importante: otros 4 se ganaron el lugar en el choque en el que Sudáfrica A zafó un empate contra Argentina A.

Más aún: el mismo día en que los argentinos caían con un penal en la última pelota del partido, Francia les daba pelea de visitante a los mismísimos All Blacks. Esa Francia que venía de caer en los dos test con Los Pumas en su gira por el país.

Se está lejos afuera y cerca adentro. El corazón es el que equilibra los tantos. Ese corazón que mostró el CASI ante el SIC el sábado, el que lució el propio SIC para ganar invicto el torneo anterior y el mismo que llevan adentro cada uno de los que están alrededor de una ovalada en la Argentina.