Pelota
La historia es conocida pero es real y al mismo tiempo, cargada de magia. Además se sigue escribiendo. Por eso, es bueno volver sobre ella.
Jorge Melo, artista plástico y ex hooker de Beromama
Beromama es un club cargado de mística y su historia guarda una de las leyendas mas maravillosas del rugby argentino. Una leyenda que se sigue escribiendo.
La cosa es así. En la década del 30 un grupo de amigos, todos bien atorrantes, paraban en la esquina de Palmar y El Rastreador, en el barrio Mil Casitas de la zona de Liniers. Los pibes se juntaban en los atardeceres a hablar de fútbol, del Torito de Mataderos, de la suerte o la desgracia en la milonga del sábado y de algún amor furtivo de esos que rompen corazones. Nunca la palabra “rugby” se había colado en sus charlas. Sin embargo en una tibia noche del treintaynueve uno de ellos cayó con la novedad. Un primo o un amigo o un conocido lo invitaba a ver un partido de rugby en la cancha de Pacific. El sábado siguiente cuatro o cinco de los pibes de la esquina viajaron hasta San Martín a presenciar ese espectáculo casi incomprensible para ellos. Y de repente, entre las nubes oscuras de esa tarde lluviosa, se alinearon los planetas y se produjo el hecho fantástico que, ahora lo sabemos, le mejoró la vida a miles de pibes y no tan pibes en los siguientes 78 años. Una pelota voló al touch y de manera mágica apareció debajo del piloto de uno de los chicos de Liniers y por supuesto, viajó al refugio de la esquina.
Durante una semana se pasaron la pelota de una vereda a la otra, de un adoquín a una ventana, de un ilusión a otra ilusión, hasta que a uno de ellos se le ocurrió contar su propio sueño. “Muchachos, ya tenemos la pelota. Porque no hacemos un club de rugby ? nuestro propio club!”. La idea prendió enseguida. Era una decisión. Los pibes de Palmar y El Rastreador ya tenían su club de rugby. Ahora tenían que ponerle nombre a esa quimera. Entonces uno de ellos, Beto Latorre, se inspiró. Tomó del piso un pedazo de ladrillo partido y escribió en la pared la primera sílaba de su apodo. “Que cada uno haga lo mismo y ya tenemos el nombre del club!”. Roberto, Mango, Marcelo y todos los demás lo siguieron y al rato el club ya tenía un nombre bien musical:
BEROMAMACACUMAOSPOBICHUCACOPRIPEJOPI
Cuando fueron a inscribirse a la Unión se encontraron con un burócrata aguafiestas que les redujo el nombre a sus cuatro primeras sílabas. Y así, a partir de 1939, el Bero empezó a regar las canchas con la magia del barrio porteño. Como a ellos les gusta decir, el primer club atorrante del rugby argentino había nacido.
Veinticinco años después los pibes de la esquina conservaban el espíritu reo que los distingue pero, como ya eran adultos, les picó el bichito de la responsabilidad. Así que, en una cena de camaradería le devolvieron a los amigos de Pacific, que ya se llamaba San Martín, la pelota que les habían robado en la tarde gris del treintaynueve. Por eso desde 1964 esa pelota, la piedra basal de Beromama, descansa en una vitrina de San Martín.
Pero la historia se sigue escribiendo.
Jorge Melo es uno de los grandes pintores argentinos. Un verdadero orgullo de nuestras artes plásticas. Sin embargo su verdadero orgullo es ser la decimosexta sílaba. Jorge, que a los 97 años mantiene toda la vitalidad de su espíritu y de su arte, es uno de los pibes que se afanó la pelota y también uno de los que instó a la devolución del 64. Siempre dijo que “En Beromama, lo que afanamos, lo devolvemos”. Durante décadas soñó con ese pedazo de cuero tan cargado de mística. y hace cuatro años, en un momento muy emotivo, se reencontró con el objeto de su sueño (ver video). El gran artista era el hooker de aquellos primeros años del Bero. Por eso podriamos decir que si Jean Pierre Rives hubiese cambiado de puesto lo hubiesen llamado “el Jorge Melo francés”, por sumar las artes plásticas a su desarrollo como rugbier. Pero se quedó jugando de wing foward.
Y la historia se sigue escribiendo.
El último fin de semana (he aquí la excusa para volver sobre esta maravillosa leyenda) Beromama recibió a Virreyes, otro club cargado de magia, y Jorge Dartiguelongue, el puma sesentaycinco de Pacific, hace años que es parte del maravilloso proyecto iniciado por la dupla Julianes/Ramallo. Darti tuvo una gran idea. Pidió permiso en San Martín para sacar la pelota y la llevó a la casa de sus rivales de ocasión. En silencio compartió el partido y en el tercer tiempo, para sorpresa de los locales, sacó del bolso el cuero sagrado y permitió que por un rato los beromamas se encontraran con la piedra fundamental de su legendario club. La emoción llenó las seis hectáreas del estupendo predio que hoy ocupa Beromama en González Catán.
Esta vez Jorge Melo no estuvo presente pero, repetimos, la historia se sigue escribiendo.
Daniel Dionisi
Se me caen las lágrimas una vez más. Mi club. Todos locos como unas cabras y sin embargo geniales.
Melo, el Tata en Beromama tiene unas historias que son de no creer; como ese que era tan corto de vista que en un baile le dijo un piropo a la hermana y Melo decía “ese jugaba de tercera línea…” (como diciendo, éramos tan pobres) o el otro que le quedó de apodo “El Pibe 5 hasta su muerte, ” porque fueron a un baile en los años 40 y el de la puertales preguntó: cuántos son? cuatro, y el pibe 5! Que locura de club. Nunca supe si los locos iban a Beromama o en Beromama nos volvíamos locos.
Gracias muchachos.
Me emocioné muchísimo. Gracias!
aplausos!! que lindo es el rugby
que hermosas son las historias de nuestros clubes
El guiso de lentejas de Bero esta dentro del top five …
GyE me dio la posibilidad de jugar contra todos los clubes de la URBA. Cuando subi a superior con 17 años Gimnasia deambulaba por la ya añeja Tercera de Clasificacion y jugando la reubicacion para no descender.
Los años llevaron a ese grupo a llegar a jugar en el 94 en primera….
Pero bueno…en esos años recuerdo un partido con Bero con sensacion termica de 3 bajo cero y lluvia….una locura. Yo congelado escucho que el 8 veterano nuestro dice en dos minutos me voy a la mierda , y quedaba un cambio y eran por lesionnn… no lo dude , acuse rapido tiron y me fui a la ducha. Todavia siento la mirada fulminante de Manolo , nuestro 8…jejejeje… parecia El Dr Frio…imposible jugar.
Yo era tercera linea para 25 grados para arriba y cancha seca….
Muy buena gente los Berossss
Que linda historia!!!!
Hernan querido!!!!
Abz y pura emocion!!!
Que linda historia, gracias por darla a conocer!
Una hermosa historia, digna de nuestro rugby.
Y con cosas asi se justifican las narices rotas, las orejas feas, los tornillos en las articulaciones, jugar enfermo, perderse eventos familiares para jugar un partido de pre que no define nada, casarse a fin de anio para no joder la temporada, etc, etc…
Pura esencia de rugby! Gracias Jorge Búsico una vez más por tu magnífico legado, gracias Nico y Daniel por seguir enalteciendo este insuperable club virtual que es PERIODISMO-RUGBY, qué ganas de volver a agarrar a la carrera una de cuero (eran las Wallabies, y a los aperturas o baks x ahí preferían la Cardiff ja ja)
Gracias Melo, por imaginar Beromama, tu mejor pintura! Gracias Dartiguelongue, por este gesto noblísimo, por tu pasado Puma, pero x sobre todo, por la inconmensurablemente humana labor q hacen en Virreyes!
No he probado esas lentejas, pero me las imagino, tercer tiempo es sinónimo de rugby, esforzarse en atender bien, dar lo mejor de uno, al visitante de turno, todo un símbolo esas lentejas (bondiolas, etc.)
Por favor el nombre del Pibe 5 y un poco más de anécdotas, sobre el 3ra corto de vista, y de esas andanzas de esos primeros 17!
Emocionante!!! Graciassssssss
Y Beromama es responsable de que hoy en día Daom juegue al rugby. Por los años 40/50 Daom, que era un polideportivo pero sin rugby (el beisbol era el deporte más importante) les prestó el fondo de la cancha de beisbol para jugar rugby a cambio de que les enseñaran a jugar rugby a los jóvenes socios de Daom, muchos de los cuales jugaban en verano al beisbol pero en invierno no tenian actividad.
BueNÍsimo. Gracias, todos.