Raíces
Queda poco para pegar la vuelta. Mañana les daré más precisiones. Hoy, en uno de los últimos post de esta cobertura, quiero referirme a algunas experiencias personales que viví en este Mundial que quizá no tengan estrecha relación con el rugby, pero que ocurrieron, precisamente, porque tuve la fortuna de haber estado aquí.
Luis Rigou y Diego Pittaluga son dos argentinos que llegaron a Francia hace 25 y 17 años, respectivamemente. Palparon desde chicos, en su tierra, la sensación de tener una ovalada en sus manos y de vivir el espíritu de este deporte. Son unos años más jóvenes que yo, pero compartí con ellos muy buenos momentos de la entrañable adolescencia porque íbamos al mismo colegio.
Desde que partieron que no los veía y sabía poco de ellos, aunque me enteré sin la dimensión que tengo ahora después de haber estado con él, de la importante carrera que hizo aquí Luis como músico, bajo el seudónimo de Diego (por su amigo) Módena.
Luis y Diego no se apartaron de sus raíces. Fortificaron la amistad de la infancia y trabajan juntos en diversos proyectos. Uno aportando la música y el otro con todo lo que sea producción artística y diseño gráfico. Me invitaron a un asado, el único que pude disfrutar en todos estos días en Francia, el sábado que les bleus le ganaron a los All Blacks. Fue una noche inolvidable, porque también estaban sus amigos franceses.
Lo de Luis es increíble. Después de haber tocado con Jaime Torres se vino a Francia a probar suerte con su flauta traversa. Ocarina (una flautita de barro), su primer disco, fue un boom. En su carrera lleva vendidos más de 14 millones de placas y ha superado en Francia, por ejemplo, a Michael Jackson. Cultor del folklore y del varieté, como le dicen aquí, Luis dejó a Diego Módena y se lanzó a un proyecto fantástico. Está construyendo -ya casi está listo- en una casa que ocupa toda una esquina en un proyecto que llamó Territorio Autónomo Creativo (TAC).
Allí, por ejemplo, tiene la consola que utilizó Pink Floyd para elaborar la joya El lado oscuro de la luna, mientras que la acústica de los estudios se la encargó al mismo que trabaja en ese rubro con Peter Gabriel.
“En un momento me encontré solo, aislado, y me dije que la música no era eso”, me cuenta Luis mientras recorremos el lugar que mezcla toda la parafernalia tecnológica con la calidez que se necesita para la creación.
Con Diego, que también aporta composición y canto, han lanzado Quebrada (www.quebrada.org), un disco de 16 temas de los cuales en dos participa con su voz el periodista Jorge Lanata. Ya lo escuché y me llevo una copia a la Argentina. Es una obra que apunta al corazón, de tremenda fuerza interpretativa, sobre todo en la versión El Santo Padre, de Violeta Parra.
Pasé una noche inolvidable porque, entre tantas otras cosas, pude apelar a las raíces. Mirando rugby y recordando episodios de nuestras vida. No quería irme de acá sin contarlo.
Hasta mañana.
Jorge Siempre leo tus notas y me llevas a muchos años atras .Son muchos recuerdos y mucha gente que por suerte veo que triunfa en el mundo
Un abrazo
Rafa Lapla
Excelente Quebrada!
Estuve escuchando
Como alguna vez me escribiste: “me hacés llorar, boludo”. De alegría porque no solo ese periodista vive del rugby; y por traerme tan buenas noticias de amigos que hace muchos años que no veo. Me alegra por vos; por ellos y por nosotros. Un saludo para todos.-
Parece mentira… pero el lunes 15 agarré empezado el programa de radio de Lanata (x del plata) y quien estaba hablando desde Francia… Rigou… recien me enteré que era él al final de la nota pero, la voz me parecia conocida y más por los temas que hablaba.
Mandale un saludo y de Canale tambien (idem para Pitaluga) si los ves antes de rajarte para acá.
Saludos
MONO